Capítulo 20

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Jimin

Estoy mirando a Jungkook en total shock, deseando poder dejar de escuchar las palabras que acaban de salir de su boca.

-¿Estás diciendo que mi padre es el rey Hyeon? -me quedo boquiabierto, toda la alegría de la última hora se desvanece-. ¿El rey que murió sin un heredero y condujo la campaña de Damon contra tu padre? ¿El que mató a tu madre?

-No sabemos con certeza si mató a mi madre. -Jungkook me tranquiliza-. E incluso si lo hiciera, no es que eso cambie nada.

-Significa que mi padre es un asesino, ¡Un asesino muerto! -lloro, sintiendo que el estómago se me sube a la garganta-. Significa que gobernó la ciudad donde crecí en condiciones terribles y nunca... nunca hizo nada para asegurarse de que yo estuviera bien.

-Ni siquiera se me había ocurrido que el cuento de la Diosa esencialmente me convertía en un príncipe. Me aferré al hecho de que mis padres me querían y pasé por alto todo lo demás que ella dijo, como el hecho de que mi padre era un rey y que yo fui elegido para unir a los humanos y los lobos. Ahora que lo recuerdo siento como si el mundo entero se derrumbara a mi alrededor.

-Cariño, todavía no tenemos todas las respuestas. -Jungkook rápidamente me vuelve a tomar en sus brazos, sintiendo mis nervios rápidamente desgastados-. Ésta fue sólo tu tercera sesión y, por lo que sabemos, tus padres nunca supieron dónde estabas. Los sirvientes de la diosa podrían haberte tomado y entregado al orfanato, tal como se encargaron de atar a tu lobo y... lo que sea que fue el incidente en el bosque.

-Pero está muerto. -repito, odiando que este hecho me moleste más que el resto-. Siempre pensé que si encontraba a mis padres los conocería... y ahora nunca podré hacerlo.

-Hyeon está muerto. -confirma Jungkook, volviendo mi cara hacia la suya-. Pero tu madre vive, la Reina Park dejó Moon Valley después de la muerte de Hyeon y lo último que supe es que se dedicó a la Diosa. Cuando todo esto termine podremos encontrarla.

-¿Park? -murmuro al darme cuenta de que nunca había escuchado que se refirieran a la Reina por su apellido-. Siempre creí que ese apellido se me había asignado en el orfanato. Siempre me hice llamar Park Jimin.

-Tal vez ese fue su regalo para ti... una pista para encontrarla cuando llegara el momento. -sugiere Jungkook.

-¿Y la Diosa? -pregunto, sintiéndome de repente tan abrumado por la emoción que todo parece entumecido, demasiado complicado para identificar un solo sentimiento de la masa enredada-. Ella también se hacía llamar uno de mis padres... y lo sabía todo, envió a esos lobos para atarme, como dijiste.

-También dijo que todo sucedió por una razón. -Jungkook me lo recuerda con ternura-. Sé que parece que ninguna razón podría valer un trauma tan terrible, pero ella debe haber pensado que era necesario. No puedo creer que lo hubiera hecho de otra manera.

-¿Así que estás de su lado? -sollozo, enterrando mi cara en su cuello.

-Nunca. -responde, acariciando mi columna-. Desde ahora hasta la eternidad, tu lado es el único que tomaré... y si alguna vez me encuentro cara a cara con esa perra, le daré un puñetazo en su hermoso rostro. Veremos cuánto tiempo sigue siendo más bonita que yo una vez que la tenga en mis manos.

Me río con hipo y deslizo mis brazos alrededor de su cuello.

-Gracias. -susurro, inclinando mi cara hacia arriba para besarlo. Él no me decepciona y nos hundimos juntos en la cama, decididos a aprovechar al máximo el tiempo que nos queda en el sueño.

•{ 3era persona }•

Taehyung estaba acostado en su suite, tratando de entender los acontecimientos del día cuando alguien llamó a su puerta.

Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐𝒱𝑜𝓁. 𝐼VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora