Capítulo 31

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Jimin

Paso mis brazos alrededor del cuello de Jungkook mientras él me lleva a través de las puertas del palacio, tratando de estabilizarme incluso cuando mi preocupación por sus heridas se vuelve incontenible.

-Jungkook no, te lastimarás. -objeto, recorriendo con los ojos su cuerpo musculoso.

Está desnudo como el día en que nació y su abdomen está lleno de moretones negros y azules. Le sangran los pies y numerosos cortes y hematomas más pequeños salpican su poderosa forma.

No parece molesto en lo más mínimo, aunque sospecho que está usando las últimas reservas de su fuerza para evitar el dolor.

-Tranquilo, he estado esperando semanas para abrazarte, ¿crees que voy a dejar que un dolor en las costillas me detenga? -Jungkook bromea, rozando sus labios sobre mi frente.

Intento ayudar lo mejor que puedo, me siento erguido en sus brazos, usando sus fuertes hombros para soportar mi peso. Estoy en la posición perfecta para explorar la curva de su cuello y mi lobo interior no deja pasar la oportunidad. Acaricio su piel manchada de sudor, beso y mordisqueo su garganta, haciéndole sentir lo feliz que estoy de tenerlo en casa y lo mucho que lo extrañé.

Jungkook emite un ronroneo de agradecimiento y acerca sus labios a mi oído.

-¿Quieres decirme qué travesuras has estado haciendo para que Philippe y Gabriel se pongan tan de mal humor?

-Nada. -respondo inocentemente, dándole mis mejores ojos de cachorro-. Son simplemente hombres malos y de mal carácter.

Jungkook sonríe y mi corazón da un vuelco.

-¿Por qué me resulta difícil de creer?

-Porque es el lobo más ingobernable que he conocido. -Gabriel resopla a nuestro lado, también sonriendo-. Honestamente, uno pensaría que no soy más que un Omega don nadie por toda la consideración que él da a mis órdenes.

-Podría darles más, si fueras la mitad de lobo que mi Alfa. -lo desafío, sintiéndome completamente envalentonado con los brazos de Jungkook rodeándome.

-Jimin. -advierte Jungkook en un tono medio divertido y medio regaño-. ¿Es alguien capaz de hablar así con el hombre que nos ha mostrado a nosotros y a nuestra gente tanta amistad y generosidad?

-Dado que él también es el hombre que intentó encerrarme para que no pudiera ir tras de ti cuando estabas solo y claramente necesitabas ayuda, sí. -respondo obstinadamente, frunciendo el ceño cuando el Rey simplemente pone los ojos en blanco.

-Odio decírtelo bebé, pero lo último que hubiera querido es que estuvieras allá buscándome con un atacante suelto. -Jungkook comenta, afectuoso pero sombrío mientras mira a su viejo amigo-. Sé por qué te sentiste obligado a venir tras mí, pero aprecio que Gabriel te haya cuidado cuando yo no pude. Hizo lo correcto.

Resoplo indignado.

-¡Pero yo era el único que creía que estabas vivo! ¡Ninguno de ellos estaba haciendo nada!

-No era necesario. -Jungkook me calma y me da suaves besos en la mejilla-. Llegué a casa, cariño.

-Además, no soy yo quien ordenó el reposo, Jimin. -añade Gabriel intencionadamente, y Jungkook se pone rígido y me mira fijamente.

-Fue simplemente estrés porque estabas desaparecido. -le aseguro rápidamente-. Estaré bien ahora que has vuelto.

Todavía me mira con recelo espero que Gabriel no diga más. Por suerte, la distracción perfecta nos espera al entrar en el propio palacio. Obviamente se ha corrido la voz sobre el regreso de Jungkook, y parece que todos los cambiaformas de los alrededores han salido a darle la bienvenida.

Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐𝒱𝑜𝓁. 𝐼VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora