Capítulo 35

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Jungkook

La mañana llega demasiado pronto.

Mi cuerpo está adolorido, pero estoy mucho más tranquilo ahora que me he desahogado con mi Omega. Lo último que quiero hacer es abandonar nuestra suite y afrontar las consecuencias del drama de la semana pasada, pero hay mucho por hacer antes de la cumbre.

Empiezo con una visita a las familias de los hombres que perdí en el bombardeo. Les doy mi juramento de encontrar a los hombres responsables del ataque, sabiendo que mis palabras son un consuelo vacío ante una vida sin sus familiares. Estas visitas casi me rompen, ya que empiezo a sentirme realmente afligido.

De hecho, ni siquiera llego a los cinco minutos antes de arrepentirme de haberle ordenado a Jimin que se quedara en cama y descansara. Él es lo único que podría calmar a mi lobo en este momento, y tengo muchas ganas de volver a su lado. Todavía espero poder robar algo de tiempo a solas con mi dulce Omega esta tarde (un último respiro antes de que todo el continente caiga sobre nosotros), pero eso sólo será posible si termino mi lista de pendientes.

Luego voy al aeródromo y necesito ver la situación por mí mismo. Me sorprende ver cuanto ha crecido el campo de refugiados en mi ausencia, incluso con las familias que Gabriel ha alojado en la ciudad.

Aunque cada uno de los cambiaformas que conozco está lidiando con una profunda pérdida personal, no están menos emocionados de verme vivo y sano. Su calidez y alivio son un bálsamo bienvenido y lo llevo conmigo en mis reuniones con los servicios de seguridad del Rey.

Los agentes me aseguran que todo está listo para la cumbre y que la seguridad será la más estricta que jamás haya visto la capital, pero ahí terminan las buenas noticias. Hasta el momento, no hay pistas sobre el atacante, y cuando les explico mi milagrosa supervivencia a los lobos reunidos, solo pueden intercambiar miradas perplejas y comentar que la Diosa debe haber estado cuidando de mí.

Ni yo mismo lo entiendo, y aunque Jimin ha demostrado cuán presentes están las fuerzas divinas en nuestras vidas, es más que surrealista pensar que la Diosa podría haberme salvado. Aun así, me preocupa mucho más descubrir a los aliados de Damon en Vanara, pero no encuentro las respuestas que busco en las oficinas de seguridad.

Me voy, pensativo mientras me dirijo a hacer otra tarea de mi lista. Cuando llego a la biblioteca del palacio ya no tengo claro quién pudo haber llevado a cabo el ataque y no sé qué hacer. Afortunadamente, Taehyung ya está allí esperándome y me saluda con un abrazo inusual. Se lo devuelvo con entusiasmo, preguntándome cuándo fue la última vez que nos mostramos tanto afecto, si es que alguna vez lo hicimos.

-No sé qué hacer con esto. -le digo, poniéndolo rápidamente al tanto de la situación-. Obviamente Damon lo orquestó, pero ¿Cómo? ¿Con quién está trabajando? ¿Es uno de los alfas de aquí? ¿Hay fuerzas contrarias trabajando contra nosotros justo delante de nuestras narices? ¿Encontró de alguna manera una manera de enviar gente a Vanara?

-Taehyung frunce el ceño y su boca se tuerce en una mueca. Espero a que hable, pero puedo sentir su desgana-. ¿Qué?

-Bueno. -hace una mueca-. Podría ser uno de los refugiados.

Doy un paso atrás, sorprendido de que pueda sugerir tal cosa.

-Me niego a creer eso. -argumento, sacudiendo la cabeza-. Has estado en el campamento, has visto por lo que han pasado. Nadie allí ayudaría a Damon.

-No estoy diciendo que sería un verdadero refugiado, sino alguien que se hace pasar por uno. -Taehyung se enmienda, levantando las manos a la defensiva-. Y no creo necesariamente que ese sea el caso, simplemente digo que en este momento sólo hay una manera de salir del continente. Entonces, si Damon envió a alguien aquí, podría haber sido en uno de los vuelos de evacuación.

Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐𝒱𝑜𝓁. 𝐼VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora