Capítulo 38

818 157 2
                                    

Jimin

No es fácil sacar a Jungkook de la guardería, no después de que deleitó a los niños con confesiones de su lado suave y se vió envuelto en interminables juegos.

Cuando finalmente se transformó en su lobo y comenzó a montar a los cachorros en su espalda, pensé que a Isabel le iba a dar un ataque. Sólo la hora de la siesta puso fin a la diversión, aunque no me gustó cuando sugirió que volviéramos a nuestra suite en lugar de dormir con los cachorros. Por supuesto... eso fue antes de que me diera cuenta de que tenía la intención de tomar una siesta conmigo.

Me despedí de los niños mientras Jungkook me sacaba de la guardería en brazos, con una risa deliciosamente retumbante vibrando en su pecho.

-¿No podríamos adoptar a algunos de ellos? -pregunto, besando su cuello-. ¿Sólo un par de docenas?

Jungkook me mira con indulgencia. -Cariño, cuando esta guerra termine, podremos adoptar tantos cachorros como quieras, pero creo que deberíamos posponer el darles a nuestros enemigos más objetivos por el momento.

-Bien. -gimo, echando la cabeza hacia atrás dramáticamente.

Escucho un ronroneo agradecido y tarde me doy cuenta de que el movimiento le ha dado al lobo una excelente vista de mi camisa semi abierta. Me río, intentando juntar la tela para cubrirme, pero mi Alfa arquea una ceja amenazadora.

-No te atrevas. -Jungkook advierte-. Tenemos tiempo limitado y mucho que hacer, pequeño lobo.

Supongo que se refiere al inicio de la cumbre por la mañana, pero me sorprende verlo tan temprano está tarde.

-¿Esto significa que terminaste de trabajar? -pregunto, lamiendo mis labios.

-No fue fácil, pero lo hice posible. Tenemos que aprovechar todo el tiempo que podamos estar juntos.

Cierra la puerta de nuestra suite de una patada y oigo que Philippe y los demás guardias se dispersan para darnos privacidad.

-¿No hay cosas de las que deberíamos hablar antes de mañana? -pregunto, no quiero ocuparme de negocios pero tampoco me siento preparado para la política que nos espera.

-En lo que a mí respecta, esa bomba trastornó la mitad del trabajo que hice en este viaje y estaremos entrando en territorio desconocido en la mañana, hablemos de ello o no. -Jungkook responde, arrojándome sobre la cama-. Preferiría pasar la noche de otra manera.

-Pero...

-Nada de pero. -me regaña, con los ojos llameantes mientras me quita la ropa-. He tomado una decisión.

Me estremezco cuando un gruñido bajo llena mis oídos, llamando a mi propio lobo a jugar.

-Alfa mandon. -acuso, preguntándome cuándo exactamente me quedé sin aliento.

-No tienes idea. -confirma con una sonrisa letal-. Creo recordar que te dije que mantendría una lista de todo tu mal comportamiento mientras estaba fuera, pero debo admitir que subestimé el alcance de las travesuras que harías.

Se eleva sobre mí, ahora gloriosamente desnudo repitiendo sus travesuras de lobo con los niños. Su miembro largo y grueso ya está firme, y cualquier indicio del político civilizado que toma baños de burbujas ha desaparecido. Ahora es un animal puro y mis instintos me invitan a ver hasta dónde puedo llevarlo.

-Estoy seguro de que no tengo idea de lo que estás hablando. -bromeo, haciendo pucheros con mis labios-. Sólo hice lo que pensé que era mejor para la manada.

Los músculos de Jungkook se tensan y flexionan, y él inclina la cabeza hacia un lado. Todo su comportamiento cambia a medida que la alegría se desvanece, reemplazada solo por un oscuro presentimiento.

Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐𝒱𝑜𝓁. 𝐼VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora