"El tiempo no existe. Es tan solo una manera de encontrarle sentido a lo que no lo tiene: el rostro visible de lo invisible."
Tiempo... Todo el mundo dice que no lo tiene, lo cual es extraño cuando se comprende como no más que un simple invento humano. No obstante y siendo tan solo un concepto imaginario, ¿cómo podemos justificar nuestra intensa necesidad por depender de él? Pasado, presente y futuro... Se trata de una compleja línea secuencial, un camino definido que, sin importar lo que se haga, lleva consigo la tendencia a siempre suceder de la misma manera.
—¿Cuál es tu opinión acerca de los lineamientos cronológicos del tiempo, Emma? —Giré el rostro hacia mi amiga con la intención de poner aquel cuestionamiento sobre la mesa—. ¿Crees probable que los hechos ya estén determinados y que todo eso del libre albedrío no sea más que una ilusión?
—Ahora no, ¿quieres? —farfulló con molestia, pues su atención estaba puesta en la charla que sostenían las chicas de al lado—. No tengo tiempo para responder a preguntas filosóficas, o sea, ¿no ves que estoy tratando de escuchar?
—Es interesante que lo digas de ese modo —murmuré.
—Deja ya de hacer comentarios tontos, Sonne.
Mi nombre no es Sonne, y ya estoy cansada de repetírselo.
—Sonneschein —dije entre dientes—. Me llamo Sonneschein.
—¡Shhh!
Entorné los ojos y me limité a clavar la vista en el párrafo siguiente:
"Algunas veces no es suficiente, otras recién se convierte en una tortura. En algunos momentos se deja pasar, en otros se le retiene con fuerza. Muchos luchan por cambiarlo, por acelerarlo, por detenerlo; la inconformidad es inevitable."
Sin duda, el calendario es la pesadilla acosadora de cientos de personas. Todos siempre están quejándose por causa de plazos, fechas u horarios. Nunca nadie queda satisfecho. El transcurso del reloj se asume como el enemigo y la gente inicia una guerra imposible de ganar.
"El tiempo es tan asombroso porque, aún sin existir, es la razón de nuestra locura..."
—¿Quisieras parar de leer y apoyarme en esto? —protestó Emma de repente, colocando una mano sobre el papel para hacer que alzara la vista.
—¿Cuál es el problema contigo? —inquirí—. Estás arrugando la página.
—¡Ellas son mi problema!
Las risas estruendosas llegaron a mis oídos en cuanto Emma me hizo reparar en ello. En total, eran cuatro chicas quienes conversaban en grupo alrededor de la mesa contigua, todas hablando entre chillidos como si el resto del espacio realmente les perteneciera. Emma tenía razón; no solo resultaban molestas, sino que en serio parecían indiferentes ante la idea de armar un completo escándalo:
—Ya, esta vez es en serio —decía Astrid mientras se confería el derecho a sentarse encima de la mesa—. Derek y yo hemos terminado.
—¿Qué? —exclamó una de sus amigas con recelo—. ¡Apenas y duraron dos semanas!
—Las cosas que fácil llegan, fácil se van —respondió Astrid sin rastros de vergüenza.
—¡Cielos, querida!
—¿Qué pasará con Norman entonces? —la cuestionó otra de ellas—. ¿No planean retomar su relación?
—Ni en broma —sentenció Astrid mientras negaba con la cabeza—. Lo nuestro ya es historia.
—¿Por qué? —le preguntaron—. Ambos hacían una hermosa pareja.
—Norman y yo no compartíamos las mismas metas —explicó Astrid, indiferente—. Llamémoslo... "intereses en diferentes direcciones", justamente eso.
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Su pasado es inmortal
Romance[Libro 4] Las semanas pasan y los secretos siguen creciendo. Los lazos son más fuertes que nunca, pero con el amor formando parte de la historia, es más fácil que los aliados se conviertan en traidores. No se puede alterar el tiempo y eso Yvonne lo...