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Miércoles
07:30 a.m

-“Chao mamita linda, no me extrañe tanto”, habló al bajar las escaleras, despidiéndose con un beso en su mejilla.

-“Ah no te preocupes, ya en la noche voy a organizar algo para celebrar la paz”, respondió a modo de broma, entregándole una taza de chocolate caliente.

-“Shaa, si seguro va a traer a su pololo”

-“¿Cuál pololo?”

-“Ah no sé yo, por ahí dicen”

-“Ya tonto, voy a prepararme porque a las ocho tenemos que estar allá”

(...)

-“Oiga mamita, ¿puede llamarla?”, pidió con preocupación, al no ver a su mejor amigo en la entrada de la escuela.

-“Mira, allá viene.. aún dormido parece”

-“Yapo Nicolás, me estái haciendo pasar vergüenza”, se quejó su mamá, casi arrastrándolo para apurar sus pasos.

-“Pero tengo sueño..”, respondió cansado, rodeando el micro que se encontraba fuera del establecimiento.

-“Mira, allá está tu-”

-“¡Jeresito!”, mencionó emocionado, corriendo para abrazar al menor.

-“Buena hermano mío”

-“Parece un enchufe, le da energía automática”, comentó Valeria, madre de Nicolás.

-“Ya tenemos que subir, mamita”, informó este último mencionado, quitándose la mochila antes de subir.

-“Ya mi niño, ¿los dejan usar el celular allá?”

-“No, vale. Yo misma pregunté y el objetivo de este viaje es alejarlos de la tecnología”, explicó Carolina, quien había llegado con el pelinegro.

-“Chao niños, no vayan a perderse”, sugirió la otra, con un tono entre broma y seriedad.

-“No, si no vamos a separarnos”, aseguró Nicko, subiendo segundo luego de dejar pasar al menor.

Jeremías fue directo al fondo, para dejar su mochila en uno de los asientos de color azul, que a simple vista dejaban en claro la comodidad de estos.

Ambos asientos en el lado derecho del micro, en el sector más oscuro debido a las cortinas cerradas de ambos lados.

-“¿Aquí mi rey?”, preguntó Nicko, sentándose del lado del pasillo luego de dejar su mochila bajo su asiento.

-“Sí, o podemo' elegir otro si no te gusta”

-“No, si aquí está perfecto.. a poca luz”, completó sonriéndole, quitándose el polerón al sentir calor por la calefacción.

-“Y si se nos pierde la maleta?”, preguntó en voz baja, abriendo levemente la cortina al notar que estaban a punto de partir.

-“No se preocupe, no va a pasar”, aseguró acariciando su espalda, para quitarle esa idea de la cabeza.

-“Ya mira, allá nos van a dar chocolate caliente y..”

-“Que rico”

-“Todo listo, vamos a salir ya”, informó una docente, levantando la voz al estar entre los primeros asientos.

-“Son como.. die' hora' de viaje”, comentó dudoso Jeremías, mirando fijamente a su mejor amigo.

-“¿Querí escuchar musiquita?”, sugirió desbloqueando su celular, para entrar a Spotify.

-“Un cigarrillo”

-“¡¿Un cigarrillo?!”, repitió alto, sorprendido al pensar en fumar junto al menor.

-“Sí.. del Chencho Corleone”

-“Ah, Jesús..”

-“¿Sabi' si van a ir los del curso del Piero?”

-“No, ellos son más grandes, así que deben ir otro día”

El pelinegro se limitó a asentir, relajando su cuerpo luego de estirar sus piernas.

Nicko recordó aquella imagen del día anterior, al interrumpir la privacidad de su mejor amigo. Una rara sensación invadió su cuerpo, al verlo tan tranquilo e inocente mirando hacia afuera.

Dirigió su mirada hacia el resto del micro, confirmando que la mayoría se encontraba durmiendo, y los pocos que quedaban concentrados en sus celulares.

Intentando ignorar aquella necesidad de verlo más allá de la ropa, apoyó su cabeza en el hombro ajeno, llevando toda su atención hacia un vídeo en la pantalla.

-“¿Qué esta viendo, mi rey?”

-“Una fotito del sarpao'”

-“Ah, terrible perkin”, respondió sin interés, cerrando sus ojos para intentar dormir.

-“Mhmm, es mi hermano”

-“Yo soy tu hermano, ni un weón más”, reclamó molesto, pasando un brazo por su espalda para rodear su cintura.

-“Estoy incómodo..”

-“Perdón, ya quito mi bra-”

-“No es eso”, interrumpió apenado, bloqueando su celular para dejarlo sobre el asiento.

-“Ah perdón, ¿por qué entonces?”

-“Es que me da pena, además, hay harta gente aquí”

-“Todos están durmiendo ya, mira”

-“¿Querí ayudarme?..”

-“Sipo, en lo que sea”

El pelinegro tomó con cuidado su mano derecha, para meterla dentro de su pantalón deportivo de color azul por conjunto.

Nicko se sorprendió, pero, en ningún momento quitó su mano. Simplemente se dejó controlar por el menor, sintiendo su erección por encima del bóxer.

-“No ya no, me da cualquier pena”, mencionó avergonzado, quitando rápidamente la mano de su mejor amigo.

-“A mi me gustaría ayudarte Jere, no me molesta eso”, aseguró el peliplateado, dejando un beso en su mejilla.

-“Pero Tamara, tu polola..

-“¿Vay a decirle?”

-“Yo no”, respondió negando con su cabeza, mirándolo a los ojos.

-“Yo menos, si nadie tiene que enterarse mi rey”

-“¿Seguro?”

-“Si 'ute quiere, yo hago lo que me pida y mantengo el hocico cerrado”

-“Te quiero, Nicko”, susurró con una sonrisa en su rostro, ya decidido a aceptar por la confianza que le había generado el otro.

-“Yo igual mi chanchito.. ¿qué hacemo'?”

-“No sé, quería dormir pero no puedo”, explicó Jeremías, refiriéndose a su incomodidad por aquella erección.

-“Ah, ¿y qué causó eso?”

-“Na'..”

-“¿Puedo?”, murmuró acercando su mano nuevamente, para dejarla en la zona de su cadera.

𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤 [𝘑𝘦𝘳𝘦 𝘒𝘭𝘦𝘪𝘯 𝘹 𝘕𝘪𝘤𝘬𝘰𝘰𝘨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora