Enamorarse en línea de un antiguo general

C15

Mientras Qin Yuchuan escuchaba a Feng Qingyi charlar, aunque hubo algunas palabras que no entendió en absoluto, no la interrumpió. En cambio, escuchó en silencio.

Después de llegar al supermercado, Feng Qingyi se dio cuenta de que había estado hablando todo el camino, mientras que Qin Yuchuan no había pronunciado una palabra.

"Estamos en el supermercado ahora. Siento que hablé demasiado. ¿Te pareció molesto?"

Las comisuras de los labios de Qin Yuchuan se curvaron ligeramente hacia arriba. "En absoluto. Fue bastante interesante."

"Eso está bien entonces. ¡Vamos de compras juntos!" Feng Qingyi empujó un carrito de compras hacia la sección de verduras.

Feng Qingyi levantó su teléfono. "Echa un vistazo a las verduras aquí. Avísame si hay algo que te gustaría comer".

A través de la pantalla, Qin Yuchuan vio todo tipo de vegetales, pero apenas reconoció ninguno porque nunca antes los había visto.

"Puedes escoger. Yo comeré cualquier cosa", respondió, sin querer admitir que sólo conocía la col china.

Feng Qingyi pensó por un momento. "Está bien, compremos un poco de lechuga. La lechuga con salsa de ostras que hago es deliciosa. Y también consigamos un poco de coliflor para saltear con carne. Iré a comprar un poco de carne ahora. ¿Comes pescado?"

"Claro", dijo Qin Yuchuan, observando cómo Feng Qingyi ponía las verduras en bolsas transparentes y las colocaba en el carrito de compras.

¿No se supone que ella debe pagar la compra? ¡Ni siquiera hay un vendedor!

Mientras Qin Yuchuan reflexionaba sobre esto, Feng Qingyi ya había elegido dos peces.

Feng Qingyi no se atrevió a matar el pescado ella misma, pero aquí había un área dedicada al procesamiento de pescado. Incluso podrían cortarle el pescado. Los filetes de pescado al vapor serían perfectos para la cena.

Qin Yuchuan se quedó aún más perplejo. Esta vez, hubo un vendedor que ayudó a procesar el pescado, pero Feng Qingyi no pagó ni nadie lo detuvo. Realmente extraño.

"Ya tengo pescado. A continuación compremos un poco de carne de cerdo, y eso debería ser suficiente. Hacer demasiado sería un desperdicio", dijo Feng Qingyi.

Qin Yuchuan estuvo de acuerdo con la postura de Feng Qingyi contra el desperdicio de alimentos. En el campamento militar las raciones eran escasas y nunca había desperdicio, pues a veces incluso luchaban por comer hasta saciarse.

Después de comprar la carne de cerdo, Feng Qingyi empujó el carrito hasta la estación de pesaje y luego recordó comprar tazones y palillos.

Para los palillos, Feng Qingyi casualmente eligió dos cajas y las puso en el carrito.

Sin embargo, la selección de los tazones no fue tan fácil.

A Feng Qingyi le encantaban las cosas hermosas y había muchos tazones elegantes en el supermercado, con muchas opciones atractivas.

Estaba a punto de sentirse abrumada por las opciones y no podía elegir un conjunto adecuado, por lo que finalmente le pidió ayuda a Qin Yuchuan.

"Qin Yuchuan, echa un vistazo a estos tazones y déjame saber cuáles son mejores".

Qin Yuchuan miró fijamente todo el estante de tazones, ligeramente sorprendido. ¿No son sólo cuencos para comer? ¿Por qué la necesidad de tantos diseños elegantes?

"Simplemente elige los que tienes delante", dijo Qin Yuchuan, sintiendo que esos cuencos parecían más agradables en comparación con los demasiado elaborados.