Capítulo XI

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—Cómprela, esta a un buen precio.

—Mmm no lo sé, no parece hablar mucho—Mencionó la dueña de la casa Tokito.

—Es muy callada, pero su belleza lo compensa ¡Solo mirela!

La señora lo pensó un instante y aceptó.

—De acuerdo. Dale las monedas—Señaló a su esposo.

El señor le dio las monedas al pilar y este se despidió de mí.

—¡Mucha suerte Kanao! Portate bien.

Yo solo asentí a modo de despedida y entré a la casa como una nueva "empleada".

No sé como llegué hasta este punto.

Solo sé que el señor Uzui nos explico toda la situación de sus esposas.

Nuestra misión es: Encontrarlas y hallar pistas sobre la ubicación del demonio.

—Ven por acá, Yume te mostrará todo el lugar y tus respectivos labores.

Asentí y me acerque al lugar donde me indicaron hasta encontrar una chica.

—¡Tú debes ser la nueva! Ven, te enseñaré todo ¡Te va a encantar!—Sonrío ampliamente.

Me dispuse a seguirla y prestar mucha atención a todo lo que me decía.

Si conozco bien el lugar, encontrar el rastro de una de las esposas de Uzui será más fácil.

Solo espero que eso no me demore mucho tiempo. 

. . .

—¡Monitsu no a venido a ninguna de las reuniones!

Yo solo miré el horizonte pensando en como proceder.

Después de que me compraran, habíamos quedado en reunirnos diariamente a cierta hora del día. Sin embargo, Zenitsu nunca vino a ninguna de ellas. Los rumores decian que habia desaparecido.

—¡Di algo Kakane!—Gritó a la vez que me agitaba de los hombros.

—Tenemos que decirle al pilar.

—No van a continuar con la misión—Dijo el pilar que apareció de la nada.

—¡¿Qué?!—Preguntó Inosuke con un tono de sorpresa por su aparición.

—Su amigo desapareció, probablemente tenga el mismo destino que mis esposas—. Mencionó con un tono de seriedad combinado con la tristeza—. Hay una luna superior, ustedes son de muy bajo rango. Deben irse, no es seguro.

—Pero...

—Es lo mejor, les doy el permiso de abandonar la misión— Me miró—. No puedo devolverle a tu maestra su Tsuguko muerta. Vete lo más pronto posible.

Y sin más que decir el pilar desapareció en un abrir y cerrar de ojos. La velocidad de este era inigualable.

—No podemos dejar a Monitsu aquí.

—Pero debemos obedecer al señor Uzui, es un pilar.

—Me importa un culo que sea un pilar ¡Aún podemos luchar!

Lo miré algo sorprendida por su reacción, pero yo solo asentí. No conocía bien al chico rubio, pero eso no significaba que lo olvidara tan fácil.

—Tu investiga en tu casa si encuentras rastro de un demonio. Nos vemos en este lugar mañana.

Asentí y él desapareció. Ahora tenía que centrarme en buscar al demonio. Algo me decía que lo encontraré muy rápido.

. . .

Dulces sueños - (Tanjiro Demonio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora