Mi amor no correspondido

Capitulo 4

Era una tarde calurosa y Carolina estaba saliendo de la escuela junto a su amiga Estella. Ambas eran nuevas en el primer año de secundaria y se habían hecho inseparables desde el primer día. La escuela era un hervidero de rumores y chismes, y Carolina se encontraba en el centro de uno especialmente incómodo: sus sentimientos por Marcos, el chico de tercero que la tenía completamente hechizada. Con su cabello rubio y sus ojos azules, Marcos era el centro de atención de muchas chicas en la escuela. Sin embargo, Carolina había tratado de mantener sus sentimientos en secreto, aunque sus amigas Ana y María ya se habían encargado de arruinar esa intención.

Y pues a Carolina se le ocurrió la magnífica idea de empezar a circular rumores sobre Estella p, diciendo que le gustaba un chico de segundo. Haciéndolos tropezar en el recreo, llamándolo por el nombre de Estella. Y pues...grave error.

Estella tenía una prima en el curso de Marcos, algo que Carolina había olvidado momentáneamente en su preocupación por otros problemas. Mientras caminaban hacia la salida, Estella no pudo resistirse a molestar un poco a su amiga.

"¿Sabes, Carolina? Mi prima Julia me contó algo interesante sobre Marcos", dijo Estella con una sonrisa juguetona.

Carolina frunció el ceño, sin saber si quería escuchar más. "¿Qué cosa?" preguntó, intentando sonar desinteresada.

"Bueno, al parecer... ¡Tiene la costumbre de comer con la boca abierta!" dijo Estella, riendo.

Carolina sintió cómo se le encendían las mejillas. "¿Y qué? Eso no significa nada", respondió, tratando de mantener la calma. Sin embargo, Julia, la prima de Estella, había oído el comentario y se acercó a ellas con una sonrisa traviesa.

"¿De quién hablan?", preguntó Julia, con una mirada que sugería que ya sabía la respuesta.

Estella, sin pensar en las consecuencias, respondió rápidamente. "De Marcos, el chico de tercero. Ya sabes, el que le gusta a Carolina."

Carolina abrió los ojos de par en par, sintiendo que el suelo se abría bajo sus pies. "¡Estella! ¿Por qué dijiste eso?" murmuró, claramente molesta.

Julia sonrió con una chispa de picardía en sus ojos. "¿En serio? ¿Carolina está enamorada de Marcos? ¡No lo sabía!", exclamó, exagerando su sorpresa. "Vamos a ver qué piensan los chicos."

Antes de que Carolina pudiera protestar, Julia se dirigió hacia el grupo de Marcos, que se encontraba unos metros más adelante, riendo y charlando como siempre. Carolina sentía que el corazón se le salía del pecho. Trató de detener a Julia, pero fue en vano.

Julia llegó al grupo y, sin perder tiempo, soltó la noticia. "Oigan, chicos, ¿sabían que Carolina está enamorada de Marcos?"

El grupo se volvió hacia Carolina, quien se había quedado paralizada en el sitio, con el rostro rojo de vergüenza. Marcos la miró con una mezcla de confusión y diversión, mientras sus amigos empezaban a murmurar y a reír.

Carolina, sintiendo una mezcla de ira y vergüenza, no pudo contenerse. "¡Vete a la mierda, Julia!" gritó, antes de darse cuenta de lo que había dicho. Las palabras resonaron en el aire y hubo un momento de silencio incómodo.

Luego, alguien del grupo de Marcos, probablemente queriendo desviar la atención, comentó: "¿De verdad te gusta Marcos? No entiendo por qué. Es tan poco higiénico, siempre lo veo metiéndose los dedos en la nariz."

Otro chico añadió: "Sí, y además es bastante tonto. El otro día no supo resolver un problema de matemáticas de primer año."
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"Y siempre llega tarde a clase. El otro día lo vi corriendo por el pasillo como si fuera un niño pequeño", dijo una chica del grupo, riendo.

El grupo se quedó en silencio, sorprendido por la repentina valentía de Carolina. Marcos la miró, esta vez con una expresión de gratitud y algo más, como si finalmente la viera de verdad.

Julia, sintiéndose un poco culpable, trató de suavizar la situación. "Lo siento, Carolina. No quería que esto se saliera de control."

Estella también se acercó a Carolina, con una mirada arrepentida. "Sí, perdón, no debí decir nada."

Carolina, aún sintiendo la mezcla de emociones, suspiró profundamente. "Está bien. Pero por favor, ya basta de chismes y rumores."