Capítulo: La Confusión en la Biblioteca
El reloj marcaba las dos de la tarde y la biblioteca de la escuela estaba llena de estudiantes que aprovechaban el tiempo para estudiar antes de los exámenes finales. Carolina había planeado reunirse con su mejor amigo, Oscar, para repasar juntos. Oscar era su confidente, alguien en quien confiaba plenamente y con quien siempre podía contar.
Oscar la esperaba en la entrada de la biblioteca, con su sonrisa habitual y un montón de libros en la mano.
—¡Carolina! Aquí estás. He reservado una mesa para nosotros. —dijo, señalando hacia el interior de la biblioteca.
—¡Genial! Vamos, necesitamos repasar mucho. —respondió Carolina, sintiéndose aliviada de tener a Oscar a su lado en esos momentos de estrés.
Mientras caminaban hacia la mesa, Carolina se dio cuenta de que Oscar había elegido una mesa cerca de donde estaba sentado Marcos, junto a algunos de sus amigos. Su corazón dio un vuelco, pero trató de mantener la compostura. No podía permitirse distraerse con esos sentimientos justo antes de los exámenes.
Se sentaron y comenzaron a organizar sus libros y apuntes. Oscar, ajeno a la presencia de Marcos, estaba completamente enfocado en el material de estudio.
—Vamos a empezar con matemáticas. ¿Recuerdas cómo resolver estos problemas? —preguntó Oscar, mostrándole una página llena de ecuaciones.
Carolina asintió, intentando concentrarse. Sin embargo, cada vez que levantaba la vista, se encontraba con los ojos de Marcos fijos en ella. Eran miradas intensas que no sabía cómo interpretar. ¿Eran de celos? ¿De curiosidad? No estaba segura, pero sabía que la hacían sentir incómoda y nerviosa.
—¿Todo bien, Carolina? —preguntó Oscar, notando su distracción.
—Sí, sí. Solo... me distraje un poco. Vamos a seguir. —respondió, forzando una sonrisa.
Trató de volver a enfocarse en los problemas de matemáticas, pero la sensación de ser observada persistía. Finalmente, la incomodidad se volvió demasiado. Necesitaba salir de allí, al menos por un momento.
—Oscar, ¿te importa si tomamos un descanso? Necesito un poco de aire fresco. —dijo, recogiendo sus cosas.
—Claro, ningún problema. —respondió Oscar, levantándose también.
Mientras salían de la biblioteca, Carolina sentía un par de ojos siguiéndolos. Al girar la cabeza ligeramente, vio a Marcos levantándose también. No podía creerlo, ¿acaso estaba siguiéndola? Decidió no prestarle demasiada atención y se centró en Oscar.
Al salir al pasillo, el aire fresco le golpeó la cara y respiró hondo, intentando calmarse. Pero su tranquilidad duró poco; Marcos estaba justo detrás de ellos. Se acercó hasta estar caminando al lado de Carolina.
—Hola, Carolina. —dijo Marcos, con una voz que parecía intentar ser casual pero tenía un toque de tensión.
Carolina sintió un nudo en el estómago. No podía dejar que esto la confundiera o la distrajera. Recordando su decisión de mantenerse firme, tomó una decisión rápida.
—Hola, Marcos. —respondió, con una sonrisa que trataba de ocultar su incomodidad. Luego se volvió hacia Oscar, le dio un fuerte abrazo y dijo en voz alta—: Gracias por todo, Oscar. Me voy a mi curso a seguir estudiando.
Oscar, un poco sorprendido pero siempre comprensivo, asintió y sonrió.
—De nada, Carolina. Nos vemos luego.
Marcos, al ver el abrazo, frunció el ceño ligeramente, pero no dijo nada. Carolina dio un último vistazo a ambos y se dirigió hacia su aula, caminando con decisión. Sabía que necesitaba un momento para aclarar sus pensamientos y no dejarse llevar por la confusión.
Mientras caminaba por el pasillo, se repetía a sí misma que no podía dejarse afectar por la presencia de Marcos. Aunque sus miradas y su comportamiento fueran desconcertantes, ella tenía que enfocarse en sus estudios y en su bienestar emocional. No podía permitirse ser vulnerable justo en ese momento.
Una vez en su aula, se sentó en su escritorio y sacó sus libros de nuevo, intentando retomar su concentración. Aun así, no podía evitar que las letras de "Boomerang" de Romeo Santos resonaran en su mente:
"Tú vas a llorar y vas a sufrir
Cuando tú regreses ya yo no estaré aquí
Vas a lamentar, voy a predecir
Tú vendrás rogando, me voy a reír de ti"Carolina sabía que tenía que mantenerse fuerte y centrada. Aunque sus sentimientos por Marcos aún estuvieran ahí, tenía que priorizar sus propias metas y bienestar. Tal vez, algún día, todo se aclararía. Pero por ahora, su enfoque debía estar en los exámenes y en ser la mejor versión de sí misma.
Respiró hondo y se sumergió en sus estudios, decidida a no dejar que nada ni nadie la desviara de su camino.
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Mi amor no correspondido
SachbücherCarolina es una joven de 12 años que acaba de entrar a la secundaria. Según todos, esta es un chica de carácter fuerte, sin sentimientos que la obliguen a estar perdidamente enamorada de alguien, estaba enamorada de un compañero de clases hace 1 año...