Capítulo: Rumores en la Cancha
Los lunes por la mañana solían ser días agitados en la escuela. Mientras el sol se elevaba en el cielo, la cancha de deportes se llenaba de actividad. Y en medio de ese bullicio, estaba Marcos, sumergido en sus clases de deportes.
Esa mañana, mientras observaba desde la ventana del aula, no pude evitar notar a Marcos entre los otros estudiantes, entregado a sus ejercicios con fervor. A su lado, su mejor amigo, Leo, parecía estar especialmente entusiasmado, exagerando cada movimiento con una pasión contagiosa.
Las risas y los comentarios de los compañeros de clase no tardaron en seguir. "¡Mira a Marcos, parece que quiere ganar una medalla olímpica!", exclamó alguien, provocando una ola de risas en el aula.
Pero el momento más notable llegó cuando alguien gritó desde el otro lado del patio: "¡Oye, Marcos tiene una novia llamada Carolina!".
El comentario resonó en el aire, y pronto todos los ojos se volvieron hacia nuestra ventana. Sentí un rubor subir por mis mejillas mientras intentaba ocultar mi sorpresa. ¿Desde cuándo yo era la novia de Marcos?
Decidí tomar la situación con humor y me uní a las bromas. "¡Ahí está mi fan club!", bromeé, señalando hacia el curso de Marcos. Una risa colectiva estalló en nuestra aula, pero noté que algunos estudiantes de su curso nos miraban con desaprobación.
Una chica del curso de Marcos se acercó a la ventana y saludó con una sonrisa. "¡Hola, Carolina!" dijo animadamente.
Devolví el saludo con una sonrisa, pero no pude evitar agregar un toque de broma. "¡Hola! ¿Sabías que tu curso 1B es mi admirador número uno?" le respondí, lo que provocó más risas desde nuestro lado.
Mientras tanto, los comentarios de mis compañeros de clase hacia los estudiantes de Marcos continuaban. Uno de ellos exclamó: "¡Vaya, parece que Marcos está entrenando para convertirse en el próximo Cristiano Ronaldo!".
Otro agregó con sarcasmo: "¡Sí, y Carolina será su fan número uno en cada partido!".
Cada comentario gracioso era seguido por risas y bromas, y pronto nos encontramos intercambiando chistes y ocurrencias sobre el curso de Marcos.
"¡Eh, Marcos! ¡¿Estás practicando para el maratón de este año o qué?!", gritó otro compañero, provocando carcajadas en todo el salón.
"¡Sí, deberías empezar a vender boletos para ver tus entrenamientos, Marcos! ¡Serías millonario en un día!", agregó otro, con una sonrisa traviesa.
"¡Chicos, chicos, dejen a Marcos en paz! ¡Está enfocado en su carrera olímpica como el próximo Usain Bolt!", exclamó alguien más, haciendo que todos estallaran en risas.
Pero los estudiantes del curso de Marcos no se quedaron atrás. Uno de ellos respondió con una sonrisa: "¡Sí, y Carolina ya está practicando su rutina de porrista para animarlo en cada competencia!".
Otro agregó riendo: "¡Creo que deberíamos formar un club de fans para Carolina, la novia del futuro campeón olímpico!".
Y así, la ronda de bromas continuó, con los estudiantes de Marcos respondiendo con ingenio y buen humor. La atmósfera en el aula se llenó de risas y camaradería, y por un momento, pareció que todos estábamos unidos por el espíritu juguetón de la mañana.
Al final, todo quedó en una anécdota divertida, y la mañana continuó con normalidad. Pero mientras volvíamos a nuestras actividades, no pude evitar preguntarme qué pensarían realmente los estudiantes del curso de Marcos sobre nuestras bromas. Tal vez era solo eso, una broma, pero una parte de mí se preguntaba si los rumores seguirían extendiéndose, creando una imagen distorsionada de la realidad.
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Mi amor no correspondido
No FicciónCarolina es una joven de 12 años que acaba de entrar a la secundaria. Según todos, esta es un chica de carácter fuerte, sin sentimientos que la obliguen a estar perdidamente enamorada de alguien, estaba enamorada de un compañero de clases hace 1 año...