Capítulo 11: Confusión y Celos

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Capítulo: Confusión y Celos

Era una tarde soleada cuando la campana de la escuela finalmente sonó, señalando el fin de las clases. Me sentía ligera y animada después de un día cargado de exámenes y trabajos. Caminaba hacia la salida, pensando en lo bien que se sentía respirar aire fresco. Fue entonces cuando Dylan, el basketbolista del curso y uno de mis buenos amigos, se acercó con su típica sonrisa despreocupada.

"¿Lista para irnos, Caro?" preguntó, sosteniendo su mochila sobre un hombro.

"¡Claro!" respondí, ajustando la correa de mi propia mochila.

Comenzamos a caminar juntos, charlando sobre cualquier cosa y riéndonos de algunos chistes tontos que solo nosotros encontrábamos divertidos. Dylan siempre tenía una forma de hacerme reír, y ese día no era la excepción.

"¿Te acuerdas de la vez que casi nos caímos al intentar hacer ese baile tonto en el pasillo?" dijo entre risas.

"¡Por supuesto! Fue épico. Nunca vi a la señora López tan enojada", respondí, riendo a carcajadas.

Mientras avanzábamos, una idea loca se nos ocurrió. Dylan me miró con una chispa traviesa en los ojos y dijo: "Oye, ¿qué tal si nos retamos a jalar el cabello? El que se rinda primero tiene que comprar el helado."

"¿En serio? Estás loco, Dylan. Pero acepto el reto", respondí, riendo aún más fuerte.

Empezamos a jalarnos suavemente el cabello, entre risas y bromas. Era una escena ridícula, pero también muy divertida. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que habíamos atraído una pequeña multitud de estudiantes que nos observaban con curiosidad.

"¡Qué lindos novios!", exclamó alguien entre la multitud, seguido por risas y algunos aplausos.

Me sonrojé, no por el comentario en sí, sino porque no quería que se malinterpretara nuestra amistad. Empecé a negar con las manos, tratando de explicar que solo éramos amigos, pero la situación se volvió aún más caótica cuando más conocidos se unieron al grupo.

"¡Lo tenían bien guardado, eh!" dijo otra voz, y sentí que la situación se me escapaba de las manos.

Entonces, entre la multitud, mis ojos se cruzaron con los ojos azules de Marcos. Él se acercó con su expresión serena, esa misma expresión que siempre me dejaba sin palabras. Mi corazón se aceleró, pero traté de mantener la calma. Marcos se dirigió directamente a Dylan, ignorándome por completo, lo cual me sorprendió y me molestó a partes iguales.

"Dylan, ¿podemos hablar un momento?" dijo Marcos, con su tono habitual de voz firme y segura.

Dylan me miró, notando mi incomodidad, pero asintió. "Claro, Marcos. Dame un segundo, Caro."

Me sentí invisible en ese momento. Aunque quería quedarme y saber de qué querían hablar, mi orgullo y mi deseo de no parecer necesitada me hicieron dar un paso atrás. "Nos vemos luego, Dylan. Cuídate," dije rápidamente antes de girar sobre mis talones y alejarme de ellos.

Mientras caminaba, las risas y los murmullos de los otros estudiantes resonaban en mis oídos, pero intenté ignorarlos. Me dirigí hacia la salida de la escuela, sintiéndome herida y frustrada. La indiferencia de Marcos me dolía más de lo que quería admitir. Había algo en su forma de ignorarme que me hacía sentir como si no importara en absoluto.

Una vez fuera de la vista de los demás, me detuve y respiré hondo. "No voy a dejar que esto me afecte," me dije a mí misma. "Marcos no define mi valía."

Decidí caminar hasta mi casa para despejar mi mente. El aire fresco me ayudó a calmarme un poco, pero no podía dejar de pensar en cómo había terminado el día. ¿Por qué Marcos me ignoraba de esa manera? ¿Y por qué me importaba tanto?

Al llegar a casa, me tiré en la cama, mirando el techo. Quizás era hora de poner un poco de distancia entre mis sentimientos y la realidad. Tenía amigos geniales como Dylan, que siempre sabían cómo hacerme reír, y no necesitaba que la indiferencia de Marcos arruinara eso.

El día había sido una mezcla de diversión y confusión, pero sabía que tenía que seguir adelante. Y mientras lo hacía, quizás descubriría una forma de manejar mis sentimientos por Marcos, sin dejar que me controlaran.

Mi amor no correspondido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora