capítulo 16

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Distancia

Finalmente despertaste del coma después de un año, y aúnque le pedías a tu padre que te regresara a Londres, tu madre siempre interfería diciendo que no sería posible, ya que, según ella, estarías mejor en este hospital.
Aún así, le exigias ponerte en contacto con tus amigas y cuando ella intentaba negarse, comenzabas a aventarle todo lo que tuvieras a la mano y comenzabas a gritar diciendo que te estaba lastimando hasta que las enfermeras la sacaban de la habitación.

Finalmente tuvo que seder, ya que en una ocasión una patrulla casi se la llevaba, por lo que comenzó a llevarte cartas escritas y correos impresos.

Habían cartas de Derriere, Elizabeth, Diane, había cartas de todos los pecados y de los mandamientos, menos de uno.
Por más que seguías preguntando, tu madre negaba que había llegado algo de Zeldris y por alguna razón, las cartas que te llegaba a dar no lo mencionaban en absoluto.

Era claro que estaba manipulando todo, pero no podías hacer nada, aún eras menor de edad y en tu estado tampoco podrías emanciparte.

Con una gran fuerza de voluntad y esperanza, comenzaste a hacer la rehabilitación, no era fácil y era como si volvieras a aprender a caminar, pero con los meses lograbas muchos avances.

Una mañana, tu madre entro con un periódico en la mano y en el titular decía:

“Corredor reanuda con su novia”

Y en la fotografía se veía a Zeldris con su uniforme besando a Gelda.

Los meses siguientes habían sido confusos para ti, solo sabías que seguías con tu tratamiento, comías 3 veces al día y seguías las indicaciones de todos como un robot, de forma mecánica y sin vida.

*****

Habían pasado 5 años desde tu accidente. Después de que el hospital te diera de alta, tus padres te llevaron a su nuevo hogar, nuevamente se habían mudado, está vez a Edimburgo, Escocia, ya no tenías ganas de saber nada de tus viejos amigos ni de Zeldris. No hacías otra cosa que seguir llendo a clases y actuar como si no existiera nadie, ya no tenías energía para relacionarte con la gente.

Durante una reunión familiar, tu madre te presento a un joven alto, de buen cuerpo, ojos azules y cabello platinado.
Mael era uno de los altos ejecutivos de una prestigiosa empresa de ventas, por su puesto, su intención era comprometerlos, ya que tu padre podría obtener un puesto más alto en su compañía, por lo que el matrimonio sería una gran ventaja.
Para ti eso no tenía importancia, si tu madre quería un matrimonio arreglado que termine en fracaso lo tendría.

Mael no era para nada un mal hombre, era atento, servicial, amable y gentil, pero siempre que estabas con él sentías que faltaba algo, no había ninguna chispa. Pero nunca hablaba de algo que te interesará, siempre hablaba del trabajo.

Durante la conversación que estaban teniendo en un paseo por el jardín, hablo de algo que captu tu atención.

— La hija de la directora de la empresa en la que trabajo tomara su lugar muy pronto, pero siempre tiene la mente en otro lado, por lo que no creo que sea buena idea — comento pensativo.
—¿Por qué lo dices?— preguntaste fingiendo el interés.
— Al parecer y según lo que escuche, una amiga muy cercana fue secuestrada por sus padres tras quedar en coma y no volvieron a saber de ella.

Te quedaste perpleja al escuchar todo aquello y sin dudarlo comenzaste a sacarle toda la información que tenía.

Resultó que, después de ser transferida de hospital, habían cerrado todas tus cuentas y redes sociales, y recibieron un aviso de alto que, los amenazaba con demanda si intentaban volver a ponerse en contacto o hacercarse a ti en el hospital. Y esto había pasado antes de que despertarás del coma.

Carrera contra el tiempo. (Zeldris x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora