Carrera contra el tiempo. (Zeldris x lectora)

Capítulo 5

Cena de acercamiento.

Al llegar a la casa del moreno, Zeldris estaciono su auto frente a su casa y ambos bajaron del auto.

Lo primero que notaste fue que la casa de Zeldris era un poco más grande que las de alrededor y se tenía un jardín más grande y hermoso, que estaba lleno de tulipanes de diferentes colores.

— lindo jardín — comentaste, observando detenidamente el lugar.
— gracias, los tulipanes eran las flores favoritas de mi madre — comentó — ella las planto hace mucho, nos aseguramos de cuidarlos desde que ella murió — explico un poco decaído.
— lo lamentó — respondiste.

Llegaron a la entrada y Zeldris abrió la puerta, invitandote a entrar.
La casa era más elegante, tenia las paredes pintadas de azul claro, varios cuadros y los muebles se veían bastante nuevos, ya que aun había algunos envueltos en plastico.

— los compramos hace poco — comentó al ver tu mirada interrogante.
—¿en que dijiste que trabaja tu padre?— preguntaste.
— tiene su propia compañía automotriz, apenas esta empezando a darle frutos — respondió con una sonrisa — mi padre y mi hermano llegaran en unos minutos, ¿que te parece sí te enseñó la sorpresa que te tenia?— preguntó.
— esta bien, pero a cualquier acto pervertido, no me haré responsable si sales lastimado — amenazaste.

Zeldris solo se río un poco y negó con la cabeza, pero para hacerte sentir tranquila asintió con la cabeza.

Los dos subieron por las escaleras y llegaron al segundo piso, después te guió hasta su habitación, y entraron.
Su habitación estaba pintada de color morado, tenia un estante con libros y algunas figuras de juguete en repisas, en una de esas repisas tenía algunas fotografías donde salia él junto a su familia y en otras junto a los mandamientos, su hermano y otros chicos que no conocías.

— son amigos de mi hermano — comentó al ver que observabas la fotografía.
—¿cual era la sorpresa que decías?— preguntaste.

Él sonrió. Se acerco a su cama y saco una caja de cartón bastante grande, una caja que conocías perfectamente.
Te acercaste a él y viste que abría la caja. Con cuidado tomo algo de adentro de ella y de ahí saco uno de los autos de tu abuelo.
Lo extendió hacia ti e insistió para que lo tomarás.
Con un leve temblor en tu mano, lo tomaste y lo veías detenidamente.

— mi padre se los compró a tu madre, fue una suerte que los halla comprado todos — comentó con una sonrisa — quiero devolverte los.
— pero....tu padre los compro para ti,... no puedo aceptarlos así como así — respondiste, una idea paso por tu cabeza —¿cual te gusto más?

Zeldris te miro un poco extrañado, pero volvió a meter la mano en la caja y saco un porsche 959 de color negro de 1987. Era uno de tus favoritos.

— tengo que admitir que este me gusto bastante — comentó.
— bien, es todo tuyo — respondiste.

Zeldris en un principio se había negado a aceptar el auto, pero le habías convencido diciendo que era un regalo de tu parte por devolverte los, además de que lo conservaría como un regalo de su padre también.

Su hermano y su padre, quien se presento ante ti como el señor Demons, habían llegado a la casa minutos más tarde.
Zeldris te presento a su hermano, quien, por alguna razón, te dirigía una mirada picara al igual que su padre.

Se sentaron en el comedor y el padre de Zeldris no dejaba de preguntarte sobre tu abuelo y tu gusto por las carreras.
Resultó que Zeldris y su hermano Meliodas, hacían las carreras para poder probar los motores y los autos que su padre construía en su empresa pequeña, la cual empezaba a ser prospera.

Zeldris le comento a su padre que estabas por comenzar a buscar empleo, por lo que decidió invitarte a ir a su compañía después de la escuela, algo que sin duda aceptaste.

Después de jugar un rato videojuegos por insistencia del rubio, quien termino perdiendo la apuesta en contra tuya, ya era hora de irte y como castigo por haber perdido la apuesta, Meliodas fue quien te llevó a la casa de Derriere.

—¿no piensas regresar a la casa de tus padres?— preguntó Meliodas para sacar platica.
— estaría loca si lo hago — respondiste — he podido soportarle sus reproches sin sentido y el que intente descargar sus traumas conmigo, pero lo que hizo al vender mis cosas fue ir demasiado lejos.
—¿tu padre no interviene cuando tu y ella se pelean?— preguntó.
— desde la muerte de mi abuelo....no hace otra cosa que solo observar, ya no le interesa otra cosa que su trabajo, nada más.

Meliodas ahora entendía porque te habías ido de tu casa, ya no quería deprimirte más por lo que cambio de tema.

—¿como te llevas con mi hermano?— preguntó curioso.
— Creo que bien, antes era algo frío y distante conmigo, pero ahora ya es mas amigable conmigo — respondiste como si nada.
—¿y te dijo porque era así contigo?— pregunto pícaramente.
— no, no me quiso decir el porqué — respondiste.

Meliodas incremento su sonrisa, obviamente ya sabia el porque no te había dicho, pero no quería ser el causante de que te alejadas de él, sino todo lo contrario.

—¿de verdad te agrada mi hermano?— preguntó, escondiendo sus verdaderas intenciones.
— claro.... A sido un buen amigo hasta ahora — respondiste extrañada —¿porque la pregunta?
— por curiosidad, eres la primera chica que ha logrado hacer que mi hermano se olvide de su exnovia — comentó.
—¿que paso entre él y Gelda?— preguntaste —¿porque terminaron?
— porque Zeldris vio cuando ella intento coquetear conmigo, además de que algunos hombres se le insinuaban y ella no los alejaba — respondió un tanto triste por su hermano — ella termino con él para salir con un estudiante del extranjero.
— con el que esta actualmente — murmuraste y viste al rubio asentir — pues que idiota por haberlo dejado.
—¿porque lo dices?
— no lo conozco bien todavía, pero hasta ahora ha sido muy amable y lindo conmigo, también muy considerado — respondiste.
—¿te gusta mi hermano?— preguntó pícaro.

Abriste grande los ojos y un leve sonrojo apareció en tus mejillas, dirigiste la mirada a tus pies y guardaste silencio, no querías responder, la respuesta era mas que obvia para ti.

Meliodas ya no insistió y ahora tenia un gran chisme para su hermano, no los presionaría sobre el asunto, pero si los ayudaría a dar su primer paso para aceptar sus sentimientos uno por el otro.

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Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.