Aluminios de Tierra Bella era la fábrica más antigua de la ciudad y un pilar fundamental para sus habitantes. Fundada en honor a la ciudad homónima, proporcionaba trabajo y sustento a muchas familias. Santino, un hombre nacido y criado en Tierra Bella, trabajaba allí desde hacía 27 años. Respetado y querido por todos, vivía a pocas cuadras con su esposa Ana y sus tres hijos: Santino (o Santi, como lo llamaban para diferenciarlo de su padre), Nicolás y Ela. Mientras los dos hijos mayores trabajaban en la fábrica, Ela, soñadora y consentida, se quedaba en casa con su madre.
Un día, por azares del destino, Nicolás conoció en el mercado a un joven que llevaba pocos días en la ciudad y buscaba trabajo. Su nombre era Rodolfo. Ambos simpatizaron de inmediato, y Nicolás, con su habitual generosidad, decidió ayudarlo a conseguir un puesto en la fábrica. Cuando el señor Santino y Santi conocieron a Rodolfo, también quedaron impresionados por su disposición y amabilidad.
Rodolfo era huérfano desde los ocho años y había vivido con una tía que lo echó de su casa apenas cumplió dieciocho. Afortunadamente, ella le había enseñado a ganarse la vida desde muy niño. Sin embargo, unos cinco años después de dejar la casa de su tía, el almacén donde trabajaba cerró sus puertas. Desempleado y sin muchas opciones, contactó a un primo que vivía en Tierra Bella, quien le dijo que allí podría encontrar trabajo. Así fue como decidió mudarse y, unos días después, conoció a Nicolás.
Rodolfo demostró ser un trabajador diligente y rápido para aprender. En poco tiempo, se ganó el respeto y la amistad del señor Santino y sus hijos. Después de dos meses de trabajo en la fábrica, la familia de Santino decidió invitarlo a cenar. Rodolfo aceptó con entusiasmo; la idea de compartir una comida con una familia unida le recordaba a su infancia antes de la muerte de sus padres y le brindaba un cálido refugio emocional.
El fin de semana de la invitación, Rodolfo llegó a la casa del señor Santino con grandes expectativas. La señora Ana y Ela estaban llenas de curiosidad por conocer al joven del que tanto hablaban los hombres de la casa. No quedaron decepcionadas, y Ela, en particular, se sintió atraída por él desde el primer momento. Quizás fue amor a primera vista: se miraron y ambos sintieron mariposas en el estómago. Durante la velada, sus miradas se cruzaban constantemente, algo que solo la madre notó, aunque decidió mantenerlo en secreto.
Con esa primera visita, Rodolfo encontró una excusa para volver otros días. En ocasiones, lograba hablar a solas con Ela, y así, poco a poco, su relación fue desarrollándose. Pasaron tres meses antes de que Rodolfo decidiera pedirle a Ela que fuera su novia. Para su felicidad, ella aceptó, y su familia también estuvo de acuerdo con la relación.
El noviazgo de Rodolfo y Ela floreció. Él visitaba a menudo su casa y, aunque a veces salían vigilados por los hermanos de Ela, no perdían oportunidad de estar juntos, riéndose, compartiendo sueños y aspiraciones. Rodolfo era más realista, mientras que Ela tenía una inclinación hacia las fantasías. Sin embargo, estas diferencias no impidieron que su amor fluyera naturalmente.
Después de casi dos años de noviazgo, Rodolfo y Ela se casaron. Durante todo ese tiempo, Rodolfo había ahorrado con esmero para organizarse y pedir su mano de manera adecuada. Cuando finalmente se arrodilló frente a Ela y le propuso matrimonio, ella aceptó dichosa, con lágrimas de felicidad en sus ojos. La familia de Ela también compartió su emoción; había un aire festivo y de esperanza en la casa de los Santino.
Un año después, nació un niño, fruto del amor entre Rodolfo y Ela. La llegada del bebé llenó sus vidas de una nueva alegría y reforzó el vínculo familiar. Rodolfo, a pesar de sus propias carencias emocionales, se dedicó completamente a su familia, trabajando arduamente y disfrutando de los momentos simples en casa.
Fueron felices. Al menos al principio.
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Historias de amor sin final feliz
RomantiekEsta colección presenta relatos que inicialmente parecen dirigirse hacia un final feliz, como aquellos de los cuentos de hadas donde la magia parece resolverlo todo. Sin embargo, estas historias exploran el lado opuesto de la moneda, mostrando la cr...