Deja Vu

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                          Parte XX

—Dante se perdió, lo perdí no se dónde esta.
—¿Qué? —al segundo de escuchar pudo sentir el tensarse—¿Cómo? ¿Dónde? —intentó qué no le temblara la voz—¿¡Anya donde pasó!? —le gritó al ver que no respondía.
—Cuando fui a la escuela por el, bajamos del auto un momento, en el bosque, el que esta cerca de Edén, él quería…—¿Que era lo quería? ¿Por que habían bajado? No lo recordaba—No lo sé, el punto es que lo solté un segundo para pagar y al siguiente ya no estaba.
—¿Llamaste a la policía?
—No, esto acaba de ocurrir, lo primero que pensé fue en ti, b-busque cerca y  y-y—su voz comenzó a temblar—F-fue mi culpa—las lágrimas brotaban de nuevo—
—No es tu culpa Anya, mándame exactamente en que parte del bosque estaban, te marco en un rato ¿Esta bien?
—Sí.

¿Eso era todo? ¿Solo le diría eso? ¿Qué podía hacer ella? Si iba a buscar en las cámaras del parque, primero preguntarían quien es ella y claramente no le darían acceso, no podía ir a pedir ayuda a Wise ¿Qué diría? Era claro que le pedirían algo a cambio y sabia que era, prácticamente estaba en la situación que nunca deseó, no podía ir con ellos y Twilight seguro estaba en una misión —nuevamente los ojos se le llenaron de lágrimas— toda esta situación, era un caos, si tan solo su mente no hubiera estado fantaseando con todo lo que le había dicho Daniel, si hubiera tenido más cuidado, poner más atención, había sido una espía ¿Cómo es que había perdido a su hijo de un momento a otro?

Continuaba en la sala de estar eran cerca de las nueve de la noche, el único ruido que llenaba su hogar era el tic tac del reloj de péndulo que había, nunca se había percatado de el hasta este momento,  desde la llamada de la tarde D no le había llamado o algo por el estilo, si no tenía noticias de él se volvería loca y llamaría a wise, si podían hacer algo para encontrar a su hijo, no importaba el que pidieran. Ya habían pasado tres horas desde que había dado un vistazo al reloj ¿Cómo había sido tan tonta como para perder de vista a Dante? — jugaba subiendo y bajando ambos pies, la preocupación de este momento la estaba sobrepasando, debía calmarse—.

—Todo estará bien señora—le sonrió Sara ofreciéndole una taza de té.

Asintió con la cabeza tomando la taza al parecer había notado su estado—la tomo y el temblar de sus manos le hizo derramar un poco— era un manojo de nervios, quería marcarle a Damian, sin embargo sabia que eso no serviría de nada.

El sonido de algunos coches llegando llamo su atención, se acercó a paso rápido al vestíbulo y las lágrimas de alivio comenzaron a brotar al ver a Dante y Damian entrar. Esperando lo más posible se acercó hasta Dante para envolverlo en sus brazos, pero su sorpresa fue tal al esquivarla e ir corriendo escaleras arriba, lo miró sin entender.

—Sara podrías encargarte de Dante
—Claro señor.
—Damian ¿Qué paso? —preguntó buscando su mirada—
—Ven— se encamino a su despacho, abrió la puerta  se hizo a una lado invitándola a pasar, sin saber muy bien que pasaba entró —
—Me dirás ya que es lo que pasa

Cerró la puerta y rendido se tiro en el sofá que había.

—¿Hay algo que quieras decirme antes?
—¿Qué?

Damian echo la cabeza hacia atrás, había sido un día largo, bastante largo.

—Damian responde.

Resoplo, movió su cuello a la izquierda y luego a la derecha ¿Cómo iba a decirle esto a Anya?

—¿Discutiste con Dante? ¿Él se molestó por algo?
—¿Qué? No, no, no
—Iré al punto, comencé la movilización para encontrarlo, pero nada, sin embargo llego el informe de que había un niño perdido cumplía con la descripción de Dante, solo que ese niño dijo que no tenía padres.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora