Odio que no te odio (Chaelisa)

Capítulo 13 | Confesión II.

LISA POV.

Tras revelar a Rosé las dolorosas experiencias de su infancia, Lisa se sume en un profundo silencio. Las palabras han brotado de sus labios como un torrente incontenible, liberando años de emociones reprimidas y dolorosos recuerdos. Ahora, en el silencio de la alberca, se enfrenta al peso de su pasado, a las heridas que aún sangran en su corazón.

A medida que revelo los detalles de su pasado, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, surcando sus mejillas sonrojadas. La vergüenza la consume, el peso de la culpa la oprime. Se siente desnuda y vulnerable, expuesta al juicio de la persona que más quiere en el mundo y por la que soporto un sin fin de extremas situaciones.

En el silencio roseanne también llora en shock, porque tal vez a pesar de imaginarse cualquier cosa relacionada con la actitud de lisa el día de la piscina, nunca se había imaginado nada tan fuerte como todo lo que acaba de oír, de repente cae en cuenta que en realidad todo lo sucedido ese día lo causó ella misma, como un efecto domino.

-¿Por eso me tiraste a la piscina ese día? ¿Para demostrarle a tus padres que no sentías nada por mi?.-Rosé rompe el silencio y lisa asiente aún sin poder verla, se siente tan cobarde por haberse silenciado todos estos años.

-Basicamente si, cuando ellos me preguntaron ese día que por qué lo hice, yo les dije que por qué te odiaba y que no quería jamás enamorarme de ti, ellos se sintieron orgullosos, y luego fingieron que estaban enojados conmigo frente a Sora y me hicieron pedirte disculpas, un año después, luego de fingir que te odiaba y que me "había curado" finalmente termine en tu casa. No podía decirte la verdad, me odiabas por lo de la piscina, no sabía cómo explicartelo, y al decirte todo le dirías a Sora, y ella hablaría con mis padres, entonces ellos iban a venir por mi y me golpearían... Tenía mucho miedo, se que no es justificación... Pero de verdad lo siento rosé, yo no quería lanzarte a la piscina, yo no quería arruinar tu...

Lisa no puede terminar de hablar cuando siente las manos de la rubia empujarla a la piscina, no procesa el hecho de que está bajo el agua cuando no puede respirar, al instante sale a flote, toma aire encontrandose con rosé saliendo también, la rubia está sonriendo, y lisa la ve mal, con sus ojos rojizos por el llanto y confusa por la actitud de park.

-¿Que fue eso?.-Pregunta lisa, roseanne ríe y besa su nariz antes de tomarla por la cintura y llevarla hasta una esquina, lisa no sabe que pasa hasta que escucha las palabra que tanto tiempo lleva queriendo escuchar desde que hizo lo que hizo.

-Te acabo de empujar a la piscina, ahora estamos a mano lisa, te perdono, ¿Tu me perdonas a mi?-Las palabras de Rosé resuenan en el corazón de Lisa como una melodía celestial, disipando las nubes de dolor y incertidumbre que la habían aquejado durante tanto tiempo. La confesión hacía la rubia había abierto una herida profunda, pero ahora, su perdón la cura con una suavidad inesperada en el alma.

Un sentimiento de alivio la invade, como si un peso enorme se estuviera levantando de sus hombros, lágrimas brotan de sus ojos por la felicidad que le crea ver la bonita sonrisa de rosé.

-Te perdono...-Murmura Lisa sintiendo una oleada de calidez recorrer su cuerpo a pesar de estar dentro del agua y que el sol ya se este ocultando dándole paso al atardecer interminable.

La distancia entre sus rostros se acorta lentamente cuando rosé se acerca aún más tomando su cintura bajo el agua, sus respiraciones mezclándose en el aire húmedo, el corazón de Lisa latiendo con fuerza en su pecho, como un tambor anunciando el comienzo de algo mágico.

Jadea por la sensación cuando sus labios se encuentran en un beso tímido pero lleno de emoción. La suavidad de la piel de Rosé contra la suya envia una descarga eléctrica por su cuerpo, encendiendo una llama de pasión que había estado dormida durante demasiado tiempo.