Prólogo

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ODIO.

Rosé no siempre supo que le gustaban las chicas, y cuando se entero, lo hizo de la maldita peor manera posible.

Solo tenía doce, y su vecina, esa chica con la cuál nunca entabló ningún tipo de conversación, estaba en su momento de transformación, o eso supuso cuando la vio con ese lindo flequillo que el día anterior no tenía, pero no todo fue lindo, ni mucho menos romance, en realidad se convirtió en un un infierno en cuestión de segundos.

Sus padres, para desgracia suya, eran muy amigos de los de lisa, esa niñita que ni siquiera la volteaba a ver como si estuviera por encima de ella cuando en realidad tenían la misma edad, ese día tenían una parrillada en el patio trasero de los manoban, y no solo estaban ellos, sino que estaban algunos vecinos de los alrededores, personas deseosas de algun problema de esos que siempre suceden en las reuniones para salir criticando después.

Rosé los detestaba, bueno, a decir verdad detestaba casi a todo el mundo, era un poco asocial y lo admitía, por eso nunca penso que la tomarían en cuenta, por eso nunca creyó que ese día, el problema del que los vecinos iban a salir criticando, la incluía a ella. Pues solo se dió cuenta de que manoban estaba demasiado cerca de su espacio personal cuando esta la empujó a la alberca, dónde no había nadie, porque por algúna razón todos estaban charlando, comiendo, y bebiendo afuera.

Pero no fue el sonido estruendoso de ella cayendo a la piscina lo que llamo la atención, ni tampoco el hecho de que no sabía nadar y se estaba ahogando, mucho menos que su padre y como cinco vecinos más se lanzaron a ayudarla, sino el bochornoso y humillante hecho de que roseanne estaba teniendo su primer periodo sin saberlo, y estaba tiñendo toda la maldita agua de rojo, pero para ella eso ni siquiera fue lo peor.

Se estába medio muriendo cuando su padre la saco cargada tosiendo agua como loca, se sintió morir aún más cuando notó su pantalón manchado de sangre en su parte íntima, y quiso cometer suicidio cuando observó el agua de reojo y estaba sucia con su sangre, eso sumado a los murmullos de los vecinos, ella realmente no quería vivir en ese momento. Pero todo se redujo a una persona, todo se volvió silencio y sus ojos dejaron salir lágrimas pesadas de angustia y desesperación cuando pudo observar a lalisa manoban riendo por lo sucedido, y solo pudo pensar "tiene la sonrisa más linda del mundo" desde entonces supo que le gustaban las chicas, ah, y también que estaba enamorada de su maldita vecina odiosa.


Odio que no te odio (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora