01 de junio de 2005—¡Déjenme salir, por favor!
—Enfréntalo, Número Ocho. No intentes escapar y solo sé más fuerte que el dolor.
Los gritos de Victoria dentro de esa máquina eran horribles.
Los gases de la máquina entraban por su nariz y ella sentía que inhalaba algo pesado, algo que provocaba que no pudiera respirar correctamente. Sentía que se desmayaría y no lograba hacer que su poder la ayudase, pero no podía concentrarse en usar su poder cuando su visión se nublaba y un zumbido la molestaba en su oído.
—¡Papá, por favor! —su garganta se desgarraba, golpeaba la puerta esperando que su desesperación ablandara el corazón de Reginald y la dejase salir.
—Número Ocho, concéntrate.
—¡No puedo! ¡¡¡Quiero salir, por favor!!! —su piel le empezaba a picar demasiado, ardía y solo quería que le arrojasen un balde de agua fría para calmarse.
—Los gases no existen, Número Ocho. Métete eso en la cabeza. Los gases no existen, tú logras hacerlos desaparecer y puedes volver a respirar con normalidad —gritó Reginald desde afuera.
Victoria siguió golpeando la puerta, pero empezó a detenerse. Le dolía todo el cuerpo, no tenía fuerzas. Sin embargo, lo intentó. Se esforzó, se concentró en el anhelo que su mente y corazón tenían en aquel momento: salir de ahí.
Aunque los gases la mareaban, cerró sus ojos con fuerza para pensar solo en lo que deseaba y no en que sentía su piel irritarse y sus pulmones exigir aire limpio.
Un aura morada empezó a mostrarse entorno a ella, pero de un color más fuerte. No como las veces anteriores, en las que ni siquiera lograba usar la mínima parte de su poder por el dolor de la electricidad.
Los gases la envolvían y su cuerpo empezaba a desfallecer. Trató de ignorar todo alrededor de ella, ignoró lo que su padre necesitaba de ella, sino lo que ella necesitaba de para sí misma. Imaginó que esa puerta no existía, que respiraba aire puro, que los gases dejaban de ahogarla.
No pudo hacer más cuando su cuerpo cayó en la colchoneta duramente, agotada.
La puerta se abrió al instante, ella desde el suelo observó con cierta borrosidad la prepotente figura de Reginald y la de Grace a su lado.
—Impresionante —murmuró Reginald.
Victoria no lograba procesar la información con claridad, pero cuando miró hacia su alrededor, se dio cuenta de que los gases habían desaparecido por completo.
No pudo siquiera sonreír por su logro, solo cerró sus ojos y se sumergió en un profundo sueño.
⋆ ゚ ☂︎ ⋆ ゚
03 de junio de 2005
—Yo soy su hermano favorito —dijo Klaus.
—Pero eres muy bruto —mencionó Ben.
—Yo me siento a su lado y punto —murmuró Cinco cerrando la puerta.
Victoria frunció su ceño mientras despertaba y enfocaba su vista, tratando de averiguar dónde estaba. Solo reconoció su cama por el tacto, y eso le ayudó a descubrir que estaba en su dormitorio.
—¡Todo porque te gusta! —Klaus de cruzó de brazos.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐰𝐢𝐥𝐥 𝐧𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐝𝐢𝐞 - Cinco Hargreeves
Fanfiction.˳·˖✶ Ocho hermanos luchando contra la presión dentro de la academia, haciendo de sus vidas una miseria mientras fingen estar adaptados a ello. ¿Qué se supone que debes hacer cuando estás destinado a ser un superhéroe con una supermierda de vida? .˳...