Eight.

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Después de esa noche las cosas fueron para mejor para Beomgyu en el ámbito social. Nunca en su vida había convivido tanto tiempo en un grupo de amigos tan... relativamente grande, le parecía fascinante. Aún seguía pasando tiempo a solas con Soobin, e incluso investigaba de vez en cuando en la biblioteca como de costumbre.

De repente cuando estaba solo otra vez, pensaba en todo lo que había pasado desde el momento en que puso un pie en la escuela, si bien su conocimiento de magia excedía las expectativas de los maestros, en otros ámbitos se encontraba en conflicto, siendo esto la principal razón de que entrara a tal institución. No diría que tiene un pasado trágico, de hecho no lo era en lo más mínimo, simplemente debido a este no había sentido la necesidad de socializar. Por gran parte de su vida se la pasó estudiando magia hasta el cansancio en casa, su familia había notado desde el momento 0 que su hijo tenía un talento nato y se aseguraron de explotarlo al máximo, incluso si esto significaba sacrificar su niñez, apartarlo del mundo y gastar todo lo poco que tenían en los libros más costosos de magia existentes.

Como resultado, habían criado a un niño que no sólo creció demasiado rápido, sino que encontraba dificultades en áreas básicas de ma vida, era reservado y además, con cero interés en otras cosas que no fueran magia. Sus padres pensaron que retirándolo de sus estudios tal vez al fin lograrían que su hijo recuperara un poco de su brillo de niño, pero Beomgyu ya había desarrollado un gusto muy extremo por pasar gran parte de sus días estudiando, escribiendo y practicando, llegando al punto en el que dominaba cualquier tipo de magia o hechizos que le fueran puestos, ahí fue cuando sus padres aceptaron el hecho de que no podían apartarlo de algo que ya amaba, y es por eso que lo metieron a la conocida escuela de magia, donde tal vez no aprendería nada nuevo, pero que le permitiría convivir con más gente de su edad.

A veces Beomgyu sentía que en realidad querían deshacerse de su presencia eterna en casa, pero comprendía en el fondo que tal vez sí necesitaba hacer otras cosas, aunque es en gran parte culpa de ellos. Muchas veces se preguntaba si tendría menos problemas interactuando con la gente si sus padres no lo hubieran aislado, ¿cambiaría algo en su forma de comprender la magia? Tal vez ni siquiera estaría en esta escuela de magia... De repente recordó a Soobin. En su opinión, él es muy bueno y al parecer se le daba bastante bien el llevarse con la gente a pesar de él mismo haberle expresado ser introvertido.

Notó que había divagado tanto en sus pensamientos que si no salía de dudas probablemente no dormiría por días, así que decidió que a lo mejor preguntarle a Soobin era una buena opción. Ahora mismo se encontraban en la biblioteca, habían encontrado un rincón más oculto en donde ahora estudiaban juntos para sus exámenes prontos a venir.

– Hyung, ¿cómo fue tu infancia?– preguntó de repente. Soobin, quien estaba bastante concentrado en su lectura, se sintió desconcertado por la repentina pregunta. Lentamente lo volteó a ver mientras pensaba, nunca se había puesto a pensar en su infancia, mucho menos a hablar sobre esta.

– ¿Por qué preguntas eso de repente? – respondió, de repente sintiéndose nervioso por el tema que estaban tocando.

– Me dio curiosidad – se quedó en silencio unos minutos y luego suspiró.– Es que, la verdad siento algo de envidia de ti.

Soobin parpadeó varias veces, intentando procesar lo que el chico le acababa de decir.– ¿Envidia de mi?

– Sí – pausó un segundo– mira, es que pasé gran parte de mi vida aislado estudiando magia. La magia es lo único que sé, es mi vida... pero nunca aprendí a tratar con personas. Te veo a ti con tus amigos y compañeros, y pienso... "wow, realmente es muy bueno" tal vez no al mismo nivel que yo, pero estás por sobre el promedio de estudiantes y aún así, pareces no tener problemas al tratar con la gente. Yo... preguntaba cómo fue tu infancia porque no estoy seguro de si las cosas hubieran sido diferentes si desde pequeño hubiera tenido la oportunidad de tener amigos, tal vez tu historia sea algo diferente a la mía. – su voz se quebró un poco, pero se forzó a no llorar a pesar de que sentía mucho coraje dentro de si.

Soobin pudo notar el tono de desesperación en su voz, era como si en este momento estuviera contemplando a uno de los futuros más grandes magos de la historia en su momento más vulnerable. Pensó en el objetivo de todo esto, ¿realmente valía la pena? Tal vez no, sobre todo después de aventurarse a conocer a quien en un principio pensó iba a ser su mayor rival. ¿En qué estaba pensado?
Quería entender lo que sentía, pero no podía. Entonces decidió hablar.

– Te voy a contar un secreto, pero lo debes de tener muy bien guardado, ¿sí? – Beomgyu asintió, no muy convencido ante la respuesta que le estaba dando.

– Bien – suspiró pesado y empezó a hablar– Tú y todos saben que mi padre es no solo el Profesor Kim, sino también uno de los más grandes magos de nuestros tiempos ¿No?– Beomgyu asintió otra vez– Bueno, pues evidentemente, al ser hijo único quiso que haya alguien quien pudiera heredar todo lo que sabe. No es un secreto entre magos que padres ambiciosos recurren a medidas extremas, como fue tu caso, pero mi padre no lo era, al menos no hasta que murió mi madre.

» Mi madre era fiel a la idea de que, si un gran mago tenía un hijo, este debía lograr probarle al mundo que fue tan grande, que logró criar a alguien incluso mejor que él. Así quiso que fuera conmigo, pero no es posible someter a un niño a entrenamientos tan duros como los que ella tenía en mente sin que uno llore, sin que uno sienta. Fue entonces que decidió ponerle un tipo de sello a mi corazón, una coraza indestructible, incapaz de ser destruida a menos que ella misma la borrara. Así bloqueó mi sentir, pensando que entonces alcanzaría mi máximo potencial. Por algún tiempo parecía que así sería, pero tú más que nadie me imagino sabes que para que un mago sea uno con su magia, debe ser capaz de sentir y a través de sus emociones, perseverar. –se rascó la nuca y miró a otra parte antes de seguir– Mi madre murió, pero nunca quitó ese sello. Mi padre estaba destrozado, pero yo no lo comprendía, y hasta el día de hoy soy incapaz de empatizar con su dolor.

Beomgyu lo miraba, entre sorprendido y apenado.

– Me imagino que por eso mi padre empezó a ser más borde conmigo, no soportó el hecho de que no solo no comparta su dolor, sino que también fuera por culpa de ella que no sienta nada.

– Pero entonces... cuando te ríes, ¿no estás feliz?

– Ah, es cierto, había olvidado cual era el punto. Supongo que lo soy, pero se asemeja a sensaciones pasajeras, no a emociones o sentimientos profundos. Poco a poco fui aprendiendo de esas sensaciones para hacerlas un poco más naturales. Hasta el momento lo único que he logrado dominar bastante bien es el enojo y un poco la alegría.

– Entiendo... wow, eso es... wow– estaba sin palabras, no imaginaba que sería algo tan profundo. Tal vez su pasado no había sido tan malo después de todo, ser incapaz de sentir no es algo que le desearía a nadie.

– Respondiendo tu duda, no tengo ni idea de como fue mi infancia porque no la sentí como tal, pero si puedo decirte, de acuerdo a la cuestión que planteaste, que lo único que me ha permitido relacionarme bien con la gente es el hecho de que no tengo nada que perder, total, no siento – se encogió de hombros.

– Vaya.. entonces creo que ambos somos víctimas de padres incompetentes– suspiró y Soobin inconscientemente hizo lo mismo.

– Lo que la gente hace por ambición, supongo.

De repente Soobin río internamente ante su propia hipocresía, ahora se daba cuenta de que sin querer iba siguiendo los pasos de sus padres. Pero eso ya no iba a ser así, es decir, le acaba de contar uno de sus más profundos secretos a alguien que no lleva ni un mes de conocer, no podía negar que le estaba dando toda su confianza con aquello.

Se prometió a si mismo que no iba a dejar que la ambición sobrepasara lo que sabe que es correcto.

Se prometió a si mismo que no iba a dejar que la ambición sobrepasara lo que sabe que es correcto

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He knows magic ✧ soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora