He knows magic ✧ soogyu

Fifteen.

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Después de que al haberlos encontrado tan felices conviviendo juntos el sentimiento que comenzaba a florecer en él se hiciera más claro, supo que efectivamente estaba perdido. Y lo peor del caso era que ni siquiera podía ir a hablarlo con Yeonjun porque si lo hacía debía pedirle perdón y su orgullo aún no estaba listo para ello.

Aún se preguntaba cómo es que se veían tan juntos, o más bien, desde cuando se habían acercado tanto. También le parecía extraño el hecho de que estuviera conviviendo con Beomgyu cuando ni siquiera se había molestado en pasar el rato con ellos.
Sin querer, el día había pasado junto con las clases y seguía muy frustrado por no saber qué hacer, por una vez se sintió solo, ni uno solo de sus amigos aparecía por ningún lado. Se sentó en una banca que estaba en el pasillo cerca de las habitaciones y suspiró, cerró los ojos intentando usar su tiempo a solas para procesar las nuevas sensaciones que se estaban asomando en su vida.

Fueron largos minutos de silencio, los cuales fueron repentinamente perturbados por un grito innecesariamente agudo.

– ¡Soobin hyung!

Un grito así no era común, y aunque inmediatamente reconoció la voz, no pudo evitar exaltarse y abrir los ojos.

– ¡Kai! No grites, vas a despertar a la gente que ya fue a dormir.

El menor solo comenzó a reír y se sentó junto a él.

– Apenas son las 7, qué aburridos son todos.

– Algunos deciden ir a dormir temprano para practicar en las mañanas – le explicó Soobin con calma, a lo que Kai simplemente hizo una expresión de comprensión.

– Ya veo – hizo silencio algunos segundos hasta que volvió a hablar repentinamente– ¿Qué haces aquí solo?

– ...Pensaba.

No quiso mentirle, Kai era un ser demasiado puro para este mundo, pero tampoco quiso decirle la verdad, ¿cómo lo tomaría? No sabía si confiarle su secreto era la decisión correcta.

– ¿En qué pensabas? Desde la mañana estás como rarito, ¿estás molesto por algo?– Soobin lo miró con los ojos bien abiertos, sí que era observador. Ante su percepción de las cosas no podía más que decirle la verdad.

Antes de hablar, suspiró pesado– Pienso en muchas cosas, y bueno, molesto como tal... no lo llamaría así, pero es complicado.

Kai lo miró con curiosidad, notó como parecía que quería contarle más, así que hizo silencio y lo miró con atención.

– Para hacer la historia corta, digamos que tengo un hechizo que hace que no pueda sentir nada, pero últimamente, y sin explicación, he estado empezando a sentir cosas que nunca antes había sentido y me estoy estresando demasiado– llevó sus manos a su cara, frustrado. Kai lo miró con compasión y llevó una de sus manos a su espalda, dándole algunas palmadas en esta, Soobin notó esto y siguió hablando.

– Me da algo de pena decirte esto, pero hace rato estaba algo molesto. Luego de hablar con Yeonjun descubrí que eso eran celos – esta vez se mordió el labio, apenado.

– ¿Celos? – ante su expresión confundida, Soobin esperaba que el chico se enojara con él, pero para su sorpresa, empezó a reír.

– ¿De qué te ríes? – enarcó una ceja– Te acabo de decir que estaba celoso de ti, ¿no te molesta eso?

– ¿Molestarme? Para nada, hyung, en realidad se me hace súper gracioso, ¡hasta lindo!

– ¿Por qué se te harían lindos mis celos? ¿Y por qué de todo lo que te dije, lo único que te causó una reacción fue eso? – Soobin estaba totalmente confundido, esto de sentir cosas ya no le estaba gustando.

– Ay, hyung. ¿Se te olvida que soy de papel? – esta vez rió de forma burlesca, Soobin quiso darse un golpe por su estupidez– además, creo que el hecho de que sientas eso es bueno, si nunca habías sentido antes, ¡significa que puedes estar rompiendo el hechizo! O al menos debilitándolo.

Soobin pareció pensarlo por un momento, tenía sentido, pero habían muchas cosas inconclusas.
– Pero si eso es cierto, ¿qué podría estar causando eso?

– O más bien '¿quién?' – sonrió pícaro, quizás el único que no se daba cuenta era el mismo Soobin.

– ¿Cómo?

– Así es, mi teoría es que una persona ha estado rompiendo de a poco tu hechizo, y esa persona es– hizo un redoble de tambores imaginario– ¡Choi Beomgyu!

La mente de Soobin se quedó en blanco, ¿Beomgyu estaba rompiendo su hechizo? No era posible... ¿O sí? Pensándolo bien, tenía mucho sentido. Desde que lo conoció, aprendió que eran los celos, el remordimiento, el miedo e incluso empezaba a sentir una felicidad menos pasajera. Tal vez Beomgyu sí estaba rompiendo su hechizo después de todo.

– Tienes razón... pero no me hace sentido del todo, ¿cómo lo hace? ¿Será su magia? Es suficientemente fuerte como para hacerlo...

– No lo sé, pero definitivamente Beomgyu tiene algo mágico.

– No es mágico, sólo sabe magia... mucha magia– hizo una pausa– creo que voy a hablar con él sobre eso.

– ¡Me parece perfecto! Pero primero – lo tomó de las mejillas y lo giró para que lo viera. – ¿Por qué decías que estás celoso?

Antes de hablar, se soltó de su agarre – Es algo absurdo, pero me daba celos ver que te llevabas toda su atención... y normalmente pasamos tiempo en la biblioteca, solos... hasta que llegaste. ¡No lo tomes a mal! Después de la conversación de hoy creo que no me molesta del todo tu presencia.

Omitió contarle la parte de Heeseung, ni siquiera lo conocía y sólo lo metería en un problema que les correspondía arreglar a Beomgyu y a él.

Kai pareció pensar por un momento, hasta que una idea fugaz llegó a su mente y sonrió con picardía.

– Los dejaré solos.

– ¿Eh?

– Como lo oíste, los dejaré solos – antes de que respondiera, siguió hablando – Con una condición.

– Okay...

– Ayúdame a acercarme a tu amigo de ojos de tapioca– Soobin frunció el ceño, hasta que entendió a quien se refería.

– ¿Taehyun? ¿Por qué?

– ¡Es que es muy lindo! Pero no me deja acercarme, necesito que me aconsejes y me cuentes de él. Voy a dejar de irrumpir en sus momentos a solas pero, ¡por favor, ayúdame!– lo miró juntando sus manos en forma de súplica. Soobin rodó los ojos, pero igual le sonrió.

– No hagas drama, te ayudaré.

– ¿De verdad? – el mayor asintió y Kai se lanzó a abrazarlo– ¡Gracias, Hyung! Eres el mejor.

A duras penas correspondió el abrazo, dándole unas palmadas en la espalda.– Lo sé.

Definitivamente le iba a pedir perdón a Yeonjun.