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PARTE DOS

CAPÍTULO TRECE



LA SONRISA FORZADA DE MARÍA DESCRIBÍA SUS EMOCIONES Y PENSAMIENTOS EN AQUEL MOMENTO. Su vida acababa de tomar un giro abrupto, con Matías enterándose de la noticia de su embarazo por accidente. La presencia de Felipe simplemente volvía la situación aún más compleja, y eso se sumaba a las emociones de su cumpleaños.

Se quedó helada en su lugar, con sus ojos enfocados únicamente en Belén para no mostrar sus propios nervios frente a los dos chicos. Belén simplemente frunció sus cejas en confusión al ver como Matías tensaba su mandíbula por la presencia de Felipe, mientras que María sutilmente movía su mano hacia su almohada, escondiendo la ecografía por debajo.

— ¿Qué hacían acá? -preguntó Belén, sintiendo la tensión en la habitación.- Ya vamos a sacar la torta.

Aquella era la oportunidad perfecta para poder evadir la situación, pero la forma en que el corazón de María retumbaba en su pecho no le permitía pensar correctamente. Además, en lo único en lo que podía concentrarse no era en la impaciencia de Belén o los nervios evidentes en Felipe por como agarraba con fuerza el ramo de flores en sus manos, sino en Matías.

El chico era lo único que estaba en su mente, en especial por la mirada indignada que apareció en su rostro. — Jodeme que es de él. -murmuró, refiriéndose a Felipe.

María simplemente pestañeó en sorpresa. Creía que había sido claro que el padre de su bebe era Matías, y que el chico lo había entendido, pero con la sorpresiva aparición de Felipe, entendía porque el tren de pensamientos de Matías había llegado a aquella conclusión a pesar de ser lo más alejado de la realidad.

No tuvo tiempo para explicárselo. Casi no procesó como Matías se levantó de su lugar, dando pasos rápidos hacia la puerta para poder salir de la habitación. Cuando su hombro chocó contra el de Felipe a propósito, al ver la mueca de dolor en el rostro de Felipe, la chica finalmente reaccionó.

— Matías, espera. -llamó, levantándose de su lugar para tratar de seguirlo.

Necesitaba explicarle lo ocurrido. No podía dejar que se fuera de su casa creyendo que estaba embarazada de Felipe, pero también sabía que resultaría sospechoso para Belén y Felipe que lo siguiera por el pasillo sin parar, por lo que decidió no hacerlo. Respiró hondo al ver cómo su hermana agarraba el brazo de Matías mientras bajaban las escaleras, también confundida por la actitud del chico.

— Ayudame a servir la torta. -pidió Belén, tirando del brazo de Matías para guiarlo a la cocina.

María se apoyó contra el marco de su puerta, suspirando en alivio al ver como Matías tentativamente asentía. No tenía que preocuparse porque el chico se fuera de su casa todavía, y a pesar de que aquella era una tarea menos, todavía tenía que encargarse de Felipe.

Forzó una sonrisa en su rostro al voltearse hacia al chico, quien continuaba parado frente a ella con su regalo. — Pipe, ¿qué haces acá? -preguntó, sin molestarse en ocultar su sorpresa.- ¿No tenías la recibida de tu amigo?

Felipe buscó las palabras correctas en su mente, cansado luego de conducir casi tres horas hasta Rosario. — No quería perderme tu cumple, Mery. -respondió, extendiendo las flores y el sobre hacia la chica con una sonrisa gentil.- Esto es para vos.

La sonrisa de María se volvió más suave al ver el gesto genuino del chico. Era evidente que los sentimientos de Felipe hacia ella se habían vuelto más complejos a pesar de lo que habían hablado, y aunque María había sido clara con lo que esperaba del vínculo entre ambos, no se atrevía a romper la ilusión que había en los ojos del chico.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora