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PARTE DOS

CAPÍTULO CATORCE


SALIR EN UNA CITA CON FELIPE LUEGO DE LO OCURRIDO CON MATÍAS NO ERA DE LAS MEJORES DECISIONES QUE MARÍA HABÍA TOMADO. A pesar de que el cambio por su vuelta a Buenos Aires la había ayudado aliviar levemente la tensión que permanecía en ella por las palabras de Matías, todavía pasaba por su cabeza cada detalle de aquella conversación.

No podía dejar de pensar en las acusaciones de Matías, privadas de todo el amor y cariño que le había dado durante su estadía en Rosario. María entendía que había actuado erróneamente al ocultar su embarazo del chico, pero en aquel momento, creía que sus razones eran las correctas.

Sin embargo, le había prometido a Felipe un almuerzo. Sus emociones seguían turbulentas por lo ocurrido con Matías, y las hormonas de su embarazo la volvían más sensible de lo normal, por lo que estaba haciendo lo mejor posible para no estar irritable o frustrada con las acciones de Felipe.

— Me muero de hambre. -habló Felipe por encima de la música de Taylor Swift que María había elegido que sonará en el auto.- Igual ya casi llegamos.

María asintió distraídamente, concentrada en escribir más mensajes a Matías en su celular. — Si, total. -murmuró, sin estar concentrada en las palabras del chico o como colocaba su mano sobre su rodilla.

Toda la atención de María estaba en su celular, continuando mandandole mensajes a Matías durante el trayecto en el auto de Felipe hacia el restaurante que había elegido. Solo despegó sus ojos de la pantalla en cuanto el auto se detuvo, y no pudo evitar la mueca de disgusto en su rostro al ver donde estaban.

El sentimiento era el opuesto por parte de Felipe, quien tenía una sonrisa radiante en su rostro una vez que se sentaron en su mesa reservada. — Está bueno el lugar, ¿no?

María forzó una sonrisa de compromiso en su rostro, dejando que sus ojos recorrieran el interior de "Banda", el restaurante en la cancha de River. Estaban sentados en la parte externa del lugar, sobre la tribuna Centenario. Se notaba lo especial que era el lugar para el chico, tomando en cuenta que había abierto sus puertas hace unas pocas semanas. Era la primera vez a la que iba, y no había dudado en ir con María para festejar su cumpleaños.

— ¿Qué te vas a pedir? -preguntó María, cambiando de tema mientras agarraba el menú.

En vez de agarrar el menú de su lado, Felipe acercó su silla a la de María, leyendo la lista de platos y bebidas sobre el papel que la chica sostenía. Dentro de todo, el restaurante parecía muy bueno, pero María no entendía como se le había ocurrido a Felipe llevarla allí.

Sabía perfectamente que era del equipo de fútbol contrario, y a pesar de que entre ambos solían bromear acerca de ello, le parecía irreal que la hubiera llevado allí como festejo de cumpleaños. Posiblemente estuviera exagerando, pero la paciencia de María estaba llegando a su límite por su discusión con Matías y las hormonas de su embarazo.

Felipe pasó su índice por la lista de platos hasta estar satisfecho con su elección. — La hamburguesa casera. -respondió.- ¿Y vos?

— Los ravioles de calabaza. -contestó María, mirando de reojo su celular.

Todavía no recibía mensaje alguno de Matías. Desde que se había ido de su cumpleaños en Rosario, María no paraba de enviarle mensajes, suplicando que volvieran a verse para hablar con más tranquilidad y rogándole que le contestara sus mensajes y llamadas. Sabía que Matías quería estar presente en la vida de su hijo, por lo que no abandonaría a ambos, pero le rompía el corazón como el chico la había dejado. Tenía muchísima culpa, pero necesitaba encontrar la forma de arreglar las cosas.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora