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EL MALESTAR DE MARÍA ERA UN SÍNTOMA NORMAL ENTRE LOS ACTORES DE LA PELÍCULA. Sentada en una silla en la sala de descanso, distraídamente revisó su celular, con sus piernas reposando en otra silla en frente de ella que Esteban le había alcanzado.
— Kuku, no hace falta. -habló, dejando su celular de lado cuando el chico varios años más grande le alcanzó un paquete con caramelos.- Ya me siento mejor. -le aseguró, levantándose de su lugar.
Por las condiciones del rodaje, el equipo de producción no dudó en detener la escena que habían estado grabando con María, Francisco y Esteban al notar el leve mareo en la chica. No querían arriesgarse a que se desmayara, notando de inmediato que la presión en el cuerpo de María estaba cayendo con rapidez al notar su rostro pálido y sus movimientos lentos. Por la altura en Sierra Nevada, había un médico pendiente a cualquier malestar en los actores.
En cuanto Esteban terminó de filmar su escena con Francisco, se dirigió hacia la sala de descanso de actores, buscando a María para asegurarse de que se sintiera mejor. A pesar de sus insistencias de que ya estaba mucho mejor, se quedó a su lado mientras un médico le pasaba un algodón con alcohol.
Esteban mantuvo una mano sobre su brazo, gentilmente guiandola hacia la puerta. — ¿Segura, Mery? -preguntó.- Avísame si te llegas a sentir mareada.
María asintió, dejando que la llevara de vuelta hacia el set. Estaban terminando de filmar una escena entre Agustín y Alfonsina, la última del día. Cuando llegaron al resto de chicos, un par mirando la escena detrás de cámaras y otros charlando y bromeando entre sí, Esteban soltó su gentil agarre sobre María.
Francisco se le acercó con una botella de Coca Cola, inmediatamente dejándola en sus manos. — Toma, gordis. Esto seguro te levanta. -sugirió antes de ver al resto de los chicos en una ronda cercana a ellos.- O escuchar a Pipe cantar.
Con sus cejas fruncidas en confusión, María volteó su rostro para ver de qué estaba hablando Francisco. — Gracias, Fran. -respondió, abriendo la botella con sus dientes.
Mientras tomaba un largo sorbo, sintiendo cómo el azúcar lograba recuperar su cuerpo por completo, se acercó a la ronda de chicos, encontrándose con Felipe totalmente absorto cantando mientras el resto hacía los coros.
— Nena, que va a ser de ti. -cantó Felipe con un micrófono que le habían pasado, con su sonrisa aumentando al ver como Diego y Andy aplaudían al ritmo de la música.
A María se le escapó un chillido, sin poder creer lo que estaba ocurriendo en frente de ella. — Ay, no, no, me muero. -habló, tapando su boca con su mano de forma incrédula.
Al notarla, Felipe la señaló, sin detener su canto. — Que va a ser de ti lejos de casa. -continuó, agarrando a la chica de los hombros.
Otro chillido escapó de María en medio de sus risas, provocando que Juani estallara en carcajadas mientras grababa a Felipe cantar.
