Lujuria [Libro 1 & 2]

𝐃𝐀𝐑𝐂𝐘 - 𝐑

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ᴅᴀʀᴄʏ ᴅᴜʙᴏɪꜱ
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Se veían tan frágiles, el dolor que sentía había pasado a un segundo plano en cuanto la enfermera dejo a mis bebés en mis brazos, se me estrujaba el corazón.

—Hola —susurre sin poder apartarles la mirada.

—Son perfectos. —Escuché a Anabel a mi lado.

Ella y David eran los únicos que estaban conmigo, se supone que solo sería Ana, pero David estaba renuente a salir cuando la doctora dijo que podía haber riesgo de pérdida; sin embargo, nada malo sucedió.

—Sonríe Mona, una foto con tus monitos.

Sonreí, aunque estaba segura de que me veía más que cansada, pero quería tener todos los recuerdos posibles.

—Hiciste un excelente trabajo, Darcy, están bastante sanos, un descanso y estarás como nueva.

Un descanso era justo lo que necesitaba.

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Con el bolígrafo pude plasmar sus nombres en ambos papeles y luego dejar mi firma; había optado porque ellos llevaran el apellido de su padre, reconozco las circunstancias, sin embargo, sentía que así debía de ser; aunque ha pasado mucho tiempo y no he tenido noticias de él, sin embargo, aún tenía esperanzas de que él pudiese encontrar la carta. Empezaba a cuestionarme en que, tal vez debí elegir otro lugar en donde dejarla, uno en el que él pudiese encontrarla más fácilmente.

—Darhniel e Ythani; nunca había escuchado esos nombres.

—Probablemente es porque me los inventé; buscaba algo diferente.

—Soy muy lindos, tienen armonía. —Ella regresó la mirada a los papeles. —¿Meyer?

—Es el apellido paterno.

—Muy bien, entonces eso sería todo, iré a llevar esto y regresaré pronto para ayudarte con la lactancia.

Le afirme con una sonrisa.

David había ido por algunas cosas que he dejado en casa, mientras que Anabel trataba de comunicarse con mamá y papá; ellos, al igual que Yesi habían ido a Francia por asuntos que debían resolver; se supone que regresarían antes del parto, sin embargo, algunos decidieron salir un poco antes.

Bajé de la camilla y me acerqué a la cuna en donde estaban, Darhniel ya estaba despierto, por lo que, con cuidado lo tomé y me senté en el sillón reclinable.

Ayer habíamos practicado en darle el pecho, por lo cual ya no me resultaba difícil, aunque aún sentía un poco dolor debido a la sensibilidad; pero he logrado alimentarlos a ambos, que era lo que me importaba.