Lujuria [Libro 1 & 2]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐢𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 & 𝐒𝐞𝐢𝐬

🤍✨ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ ✨🤍

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ꜱɪɴ Qᴜᴇʀᴇʀ 1/6
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—Todo está perfecto Darcy. —Sentí alivio al escucharla decirlo. —Pero debes de tener más cuidado, ahora llevas una vida dentro de ti.

Lo tenía muy pendiente, aunque no fue algo que pude evitar.

—Ahí está.

Miré el monitor en donde ella señaló un pequeño punto blanco; era muy pequeño, apenas si podía distinguirlo y, aun así, me dolía que algo pudiese pasarle. No quería que nada le pasara.

—Es muy pequeño. —Susurré en un hilo de voz.

—Así es, me gustaría darte dos semanas más de gestión antes de escuchar los latidos del corazón, ¿te parece?

Asentí estando muy de acuerdo. Aunque quería hacer esta clase de cosas con Nathaniel, no sabía que tan ciertas eran las palabras de Elaine y, no iba a mentir ni a hacerme la ruda, me asustó bastante y, de hecho, aun lo estaba.

Una vez acabó bajé de la camilla, luego de charlar un momento, en cuanto me lo permitió me dispuse a irme. Al salir de la clínica miré a mi alrededor, me abracé con mi chaqueta y tomé rumbo hacia la oficina. 

Mi cabeza no para de darle vueltas a las palabras de Elaine ni a lo que había hecho, ¿amenazar a mis hermanos? ¿Qué demonios le sucedía a esa mujer?

Me sentía estar contra la espada y la pared, no sabía exactamente qué hacer, si le contaba a Nathaniel lo sucedido corría el riesgo de que ella cumpliera su palabra y lastimara a quienes me importaban por estúpidas cuestiones con relación a qué, ¿a celos? Tenía demasiado en qué pensar, tampoco quería hacerle daño a Nathaniel, y si me alejaba de él sin siquiera dejarle saber de este embarazo sería un acto muy cruel, para ambos. ¿Qué se supone que haga?

Por primera vez en estos tres años, me pesó pulsar el botón del ascensor para subir. No tenía ni siquiera las ganas trabajar hoy, no quería verlo a él; yo no quería decirle aquello que se supone que debería de decirle para lastimarlo... no quería lastimarlo.

Sin ganas bajé del ascensor, la sonrisa radiante de cada mañana de Brenda se desvaneció poco a poco al verme.

—Esa cara que traes no me agrada, ¿pasa algo?

Muchas cosas pasaban, y no precisamente buenas.

—Tal vez necesite unas vacaciones.

Brenda asintió como si comprendiera.

—Necesitamos. —Murmuró con una sonrisa. —El señor Meyer vino muy temprano, pero se marchó luego, sin embargo, dijo que regresaba pronto, quizás ya este por hacerlo.