𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐃𝐨𝐬

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🤍✨ᴍᴀʀᴀᴛᴏɴ ɪɪ/ɪɪɪ✨🤍

┏━━━━━୨♡୧━━━━━┓ɴᴜᴇᴠᴏ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ ᴀ ꜰɪɴ ᴅᴇ ᴀÑᴏ┗━━━━━୨♡୧━━━━━┛ꜱᴇᴍᴀɴᴀꜱ ᴅᴇꜱᴘᴜÉꜱ

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ɴᴜᴇᴠᴏ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ ᴀ ꜰɪɴ ᴅᴇ ᴀÑᴏ
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ꜱᴇᴍᴀɴᴀꜱ ᴅᴇꜱᴘᴜÉꜱ

 Mi felicidad era palpable, y no se debía precisamente a la ausencia de mis hermanos y que gracias a ello era libre de utilizar mi consolador a placer y deseo, no, para nada... O tal vez sí un poco, pero no del todo.

Desde hace ya una semana me he sentido bien, física y emocionalmente, definitivamente mantener a Enrique lejos ha brindado excelentes resultados positivos en mi estado de ánimo.

Hoy desperté temprano, por lo que me estaba tomando mi tiempo para alistarme para el trabajo. Recogí la mitad de mi cabello y lo adorne con un lazo blanco, tome el cepillo y alise mi cabello mientras cantaba y bailaba la canción al ritmo de la música que salía de los parlantes. Di media vuelta para dar fin a mi excéntrico baile.

Tome mi teléfono para para apagar la música, pero antes de hacerlo contémplate la imagen de mi amado Romeo.

— {E} Dios has que este hombre sea mío algún día, amen.

Acerque mi teléfono con la intensión de besarlo, pero su imagen se fue en el momento en que entro una llamada de mi jefe gruñón feliz a veces.

— {E} O este, honestamente no me quejaría.

Tomé la llamada de inmediato, estuve a punto de dar un enérgico saludo de buenos días, pero su voz no me lo permitió:

«Envíale a Biel las muestras para que pueda verlas lo antes posible, y repórtame sus respuestas.»

Asentí, aunque no pudiese verme.

— ¿Incluso las de ayer?

«Todas y cada una de ellas.»

— Perfecto, lo haré en cuanto llegue a la oficina.

Hubo silencio por un momento, luego escuche un gracias de su aparte y la llamada se colgó.

Torcí mis labios viendo la pantalla de mi teléfono.

A este hombre le hacía falta amor, cariño y comprensión, quizás un café con canela y mucho chocolate le haga feliz o al menos le saque una sonrisa por más de cinco segundos.

Tomé mi labial y teñí las curvas de mis labios de rojo vino mate, estos colores en esta época iban bastante bien.

Tomé mis cosas, lista para irme, pero antes de salir me puse mi abrigo gris largo de Cachemira el cual casi me costó doscientos dólares, debía darle uso en algún momento de mi vida.

Las calles de Manhattan permanecían repletas de personas, la temperatura empezaba a descender considerablemente, daba la apariencia de que el invierno se adelantaría este año.

Lujuria [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora