Lujuria [Libro 1 & 2]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚

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ᴍᴀʀᴛɪʀɪᴏ & ʀᴏꜱᴀꜱ
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ɴᴀᴛʜᴀɴɪᴇʟ ᴍᴇʏᴇʀ

— ¿No dejas nada?

— ¡Todo!

Christopher lanzo hacia arriba toda la ropa que yo recién e organizado para ponerla en su equipaje. Baje la mirada observando cada prenda esparcida en el suelo para luego verlo a él.

— Ups — levanto sus cejas y llevo sus manos a su pecho como si estuviese sorprendido.

— ¿Puedes recogerla? Por favor.

— No quiero.

— Christopher.

Frunció sus labios, pero empezó a recoger del suelo su pequeño desorden, poniendo prenda por prenda sobre la cama.

Me ayudo a colocar su ropa en su pequeña maleta. Hoy se marchaba a Virginia, Hensel ha regresado de sus asuntos, si no me fallaba el conteo diría que ha de llegar en unos cinco minutos o menos.

— Bevely me hizo desayuno.

— Entonces ve a comer.

Salió de la habitación dando pequeños brincos, yo por otro lado acabe de empacar sus cosas antes de hacer lo mismo, deje la maleta en la entrada para luego ir hacia el comedor y continuar con lo que hacía desde esta mañana mientras que Chris desayunaba tranquilamente.

Abrí el correo electrónico de la empresa para leer la lista de invitados que Russell me ha compartido, le he pedido constancia personalmente porque me gustaría saber quiénes serán los invitados.

Se me helo un poco la sangre al leer Zaharie en la lista de invitación, era el nombre su padre el que se reflejaba, pero la conocía bastante como para saber que ella se presentará por igual. Me desequilibraba un poco ya que he tenido unos días excelentes, nada de alteraciones en mi sistema nervioso, sabía que verla cambiaria todo eso; desde ya empezaba a sentirme incomodo.

— ¡Papi llegó!

Levante la mirada al escucharla la voz de Christopher timbrarme los oídos, pero tenía razón, poco después vi a Hensel con Chris en brazos.

Me alegraba verlo en buen estado.

Cerré la laptop y me puse de pie, cuando bajo a Chris tuve la oportunidad de darle la bienvenida.

— Ya nos tenemos que ir.

Y la despedida. Me gustaría que estuviesen más tiempo, pero comprendía que él debía regresar a Virginia.

— ¿Ella no se molestó por la custodia compartida?

— No, dijo estaba de acuerdo siempre y cuando respeté algo ahí que no comprendí muy bien.