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Me encantaba su aroma a menta con chocolate, cada vez que la tenía a mi lado me daban unas ganas irresistibles en llegar y besarla o abrazarla y embriagarme con su aroma. Cuando creí que estaba saliendo con alguien realmente me alegre cuando no era verdad. Y me alegraba más que aceptara una cita conmigo. Ese día la había llevado nuevamente al parque y después la llevé al cine donde vimos una película de suspenso. Amaba la mirada que ponía, era genuino amor al suspenso y el misterio. No solo habíamos salido a eso, también salíamos y trabajábamos en el proyecto.
No había mucho que decir, la iba a invitar a un restaurante de chocolate caliente en la noche del jueves, era claro que me encantaba la idea de ir a pasear con ella. Sin antes tener que recoger del taller mi carro, tras acabar las clases tome el teléfono y pedí con tiempo un transporte al taller. Al llegar al taller no pude evitar sonreír al ver al gerente limpiando el vidrio del auto. Mi auto, era mi posesión más preciada tras que mi padre me lo regalara en mi cumpleaños dieciséis. Ese fue el último cumpleaños que paso con nosotros.
Aún recuerdo el sonido de su voz ronca y el olor a cigarro que aunque no fumara siempre estaba presente en él. Aunque no era un auto moderno era uno funcional y ha durado mucho y en buen funcionamiento.
—¡Hey Tom! ¿Cómo va? —dije acercándome.
—Todo está en perfecto funcionamiento, está listo para salir, ahora solo hay que firmar unos papeles y todo tuyo. —Asentí y sonreí, él se movió y lo seguí, me tendió una tabla con unos papeles y comencé a leerlos, Tom me explicó de lo que iban los papeles mientras leía cada línea del papel. Parecía todo correcto y firme. Tom me agradeció por confiar en sus servicios. Salí para recoger las llaves con la recepcionista, pero al salir vi una silueta familiar, Miranda, estaba ahí vestida con su mejor vestido color rosa. Me acerqué a ella.
—¿Este es tu carro? —balbuceo mientras me miraba por el reflejo de la ventana.
—¿Qué haces aquí Miranda?
Ella se volteó hacía mi, miro hacia arriba y me miro a los ojos. Ella tenía que hacer menos esfuerzo para mirarme a los ojos por sus zapatos de tacón. Además, ella sacó su celular y lo encendido.
—No estoy en contra de ti, pero no quiero que siguas con una mentirosa.
—¿De qué hablas? —bufe mientras intentaba alejarme de ella. Me tomó del brazo.
—Ella te está mintiendo. Y lo hace muy bien. Solo ve...
—¡Basta! El que quiera conocer a Adina y tú quieras arruinar eso es muy desagradable.
Ella sonrió, me daba escalofríos que sonriera de esa manera —. Hagamos un trato, terminas con ella y oficialmente sales conmigo en el baile y en una relación y yo mantendré mi boca cerrada. —Ella extendió su teléfono a mi cara dejándome ver una noticia.
"La Familia del gran Besmunt León ha anunciado una nueva etapa para Skylirc." El título de la noticia me acelero el corazón y bajo el título había una fotografía de Adina, su madre y de quien podría deducir era su padre, el dueño de la compañía. Arrebate el teléfono de Miranda de sus manos y comencé a bajar y leer más.
"La familia del gran empresario nos ha deleitado con su presencia, Su esposa, Tara Márquez de León y su hija Adina León han apoyado en la decisión del líder de la familia."
"Sin olvidar que la familia ha revivido el apoyo del hijo de la editora musical más grande del país, quien se rumorea tiene planes con la excéntrica familia. ¿Será que los tratos saldrán más allá de contratos financiamiento? La familia no ha comentado nada al respecto. Se espera que la familia hable sobre su nuevo aspecto en el mes de la próxima caza de artistas anual."
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Amor En Melodías
RomanceDos jóvenes estudiantes, amantes de la música. Ambos están enamorados de sus canciones, sin saber que son compañeros de clase. Él es extrovertido y popular, ella reservada y mantiene un perfil tímido. Tras ser elegidos compañeros en un proyecto, des...