Capítulo 15 𝄞 Miedo

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Me levanté con una notificación de Miranda. Ella me pedía que no mirara las noticias que me alejara de las radios y las televisiones. Que solo la esperara. Tenía intriga de todo, quería meterme a ver que era lo que pasaba, qué tenía exaltada a Miranda. Pero intenté comprender y me alejé de todo. Hice mi día normal, prepare la maleta para mudarme con Sian y me empecé a despedir de mi familia. Las horas pasaban y mi celular estaba apagado.

El timbre sonó y Miranda entró agitada. Apenas podía respirar.

—Hey ¿Qué pasa? Calma, respira qué nadie te corretea. ¿Todo bien? —dije mientras me acercaba a Miranda preocupado.

—Estoy bien… ¿Viste las noticias?

—No, me dijiste que no las viera y eso hice.

Ella abrió los ojos, sorprendida —. Vaya, qué obediente saliste. Pero no te va a gustar. Adina salió en las noticias, pero no de la forma que quisieras.

Ella sacó su teléfono y me enseñó la noticia.

“Un amor florece entre música”

Leí el cuerpo del artículo y hubo un fragmento que me llamo la atención: “Tras haber pasado un tiempo sin ver esta pareja tan mencionada, al fin los hemos podido ver, bailando y muy cercanos. Se dice que ambas empresas tienen esperado una gran noticia ¿Será algo de la pareja de Adina y Xylon?”

Le regresé el teléfono a Miranda. Camine al sofá y me senté, dubitativo. No esperara que algo así pasara.

—Lamento eso.

—No tienes por qué lamentar nada. No controlas sus decisiones. O las mías —algo me quedo claro ahí. Saque mi celular y busque la foto. La observé. Ella estaba feliz, me alegraba ver una sonrisa enorme y alegre en su rostro.

—Podemos seguir buscando como llegar a ella. —La mire, le sonreí y mire nuevamente la foto.

—Sabes, cuando se fue, estaba llorando, su expresión era melancólica y jamás pensé que podría volver a verla así, feliz. —Miré atentamente —. Si ella es feliz, debo aprender a soltar. Ella lo intenta, ¿y si yo no era para ella?

—¿De qué hablas? Ustedes son el uno para el otro. —Miranda se sentó a mi lado, ella estaba confundida.

—El amor es complicado, hay veces que debemos soltar para que sean felices. Si él la hace feliz, a mí me basta, su sonrisa, su rostro. Con verla puedo decir que, está feliz. Y no puedo arruinar esa felicidad.

—Pero ¡Su madre! Ella le está mintiendo. No puedes dejar que ella se salga con la suya.

—La verdad siempre sale a la luz. Ella, cuando la sepa, decidirá qué hacer. No puedo llegar a ensuciar nuevamente su felicidad. Ella es fuerte, de alguna manera no seguirá los pasos de su madre y será más feliz.

—¿Entonces, ya no vamos a las entrevistas? — miré con una sonrisa a Miranda.

—Hey, también debo perseguir mi sueño. Iré. Si quedo lo pensaré y decidiré qué hacer. —Miranda miró las maletas qué estaban al lado de la puerta.

—¿Te irás? —Yo le asentí.

—No tengo nada que hacer aquí, me mudaré con un amigo y después buscaré trabajo y un nuevo lugar.

Miranda asintió —. Déjame ser tu manager, sé todo lo que necesitas para negocios y relaciones. Déjame enmendar mis acciones.

—Está bien. Pero, no te exijas. —me levanté, subí arriba para despedirme, cuando se quedó a la mitad de las escaleras. Mi madre se veía triste pero entendía. La que más le costó soltarme fue a mi hermana. Le tuve que prometer que haría videollamada con ella todos los días antes de dormir. Baje y Miranda observaba las fotos. Tome las maletas e invite a Miranda a salir. Ella me hablaba sobre lo que haría con nosotros. Me reí. Ya tenía todo planeado a futuro.

—Te llevo a tu casa. —dije mientras habría la cajuela, ella me sonrió y asintió alegremente, se acercó al carro y abrió la puerta del copiloto. Se subió y al terminar de subir las maletas me subí yo. Condujeron hasta su casa y la dejé. Ella se despidió amablemente. De igual manera me despedí y conduje un rato más.

Me estacioné en un lugar fuera del camino. Cerré los ojos, me era difícil no sentirme con miedo. Solo. Como si hubiera perdido todo. Evite volver a mirar su foto.

Claro que me dolía que yo no fuera causa de su felicidad. Me dolía no poder estar ahí, y me daba miedo que alguien me quitara lo que una vez tuve. Pero pensé y pensé. Y al final tuve que dejar ir. Tenía que pensar con la cabeza.

Lo mejor que me pudo haber pasado, me paso, y habrá cosas igual de hermosas. Pero si no me doy el tiempo de experimentarlo por estar en un ciclo, me haré daño. Y que mejor de haber amado a no haberlo hecho. La vida sigue, el corazón sigue latiendo, sigo aquí.

Adina, fuiste parte de mi historia, una que jamás se borrará, y no lo haré, porque formaste parte en un proceso que ahora me mantiene vivo.

Sonreí y arranque el auto. Ahora era mi turno de echar andar mi vida.

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