Capítulo 4

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El día sábado llegó en un abrir y cerrar de ojos, el caluroso sol de Tokio invadía cada poro del cuerpo de Vegeta, permitiéndole impregnar su piel de vitamina D.

—¡Oye, guapetón! —alzó el recipiente del bronceador la novia del peli flama desde el otro lado de la piscina— ¡Necesito ayuda con esto!

Vegeta se levantó de la tumbona dónde recientemente estaba bronceandose, poniendo inmediatamente a babear a Bulma con su torso descubierto mostrando sus trabajados abdominales.

El peli flama se sentó al lado de la chica que tomaba el sol en bikini, seguidamente se esparció el bronceador en las manos para luego huntar del mismo a su novia a lo largo de su espalda y piernas.

Bulma se sobresaltó en el momento que sintió los dientes de su novio mordiendole el trasero.

—Carajo, mujer, estás bien buena.

—¿Te gusta?

—Me encanta. —Vegeta continúo con la tarea y luego nalgueó a la peli azul, pidiéndole que se volteara— Me estoy excitando, me gustas más así que con ropa.

—Lo sé. —Bulma miró para todos lados, asegurándose de que nadie rondara por ahí cuando Vegeta se metió uno de sus senos a la boca— Si viviéramos juntos seríamos como Adán y Eva.

El peli flama no tardó en soltar las tiras del bikini de Bulma, queriendo tocar a más profundidad lo que se escondía entre el medio de las piernas de su novia. Pero ella lo terminó empujando cuando captó la silueta de alguien acercarse.

—¡Busquen una habitación! —les gritó Chirai.

La peli blanca lucía un deportivo de crop top y leggins corto, el cuál resaltaba sus piernas y trasero generoso.

—¿Qué tal te fué en el gym? —le preguntó Bulma, mientras disimuladamente volvía a amarrar las tiras de su bikini.

—Agotador, hoy hice pierna y siento que no doy para más. —se quejó Chirai dramáticamente.

—Te quejas por todo, maldita sea. —blanqueó los ojos el peli flama ante el dramatismo de su prima.

—Ay no, Vegeta, cállate que con la boca cerrada te vez más lindo.

—¿Quieres acompañarnos un rato? —le propuso Bulma a la chica de orbes rosas, antes de que terminara agarrada de las greñas con Vegeta— El agua de la piscina está muy buena.

—No, gracias. —se negó inmediatamente Chirai— Un compañero de la universidad quedó de venir hoy y creo que ya no debe tardar en llegar. Iré a tomar una ducha, no quiero que me encuentre sudada y oliendo mal.

Vegeta se quedó mirando a Chirai cuando ésta se encaminaba nuevamente al interior de la mansión, y cuando no había rastro de la chica, se volteó hacia su novia para continuar con lo que su prima había interrumpido.

Por otro lado, Broly batallaba con abotonar la camisita que a simple vista ya no le quedaba a su bendición. Su pancita impedía que los botones pudiesen juntarse.

—¿Ethan, por qué estás así de gordo?

El infante sólo sonrió, a la vez que sacudía el sonajero con su manita mientras su padre llamaba a su 911.

—¡Gogeta, Ethan necesita ropa con urgencia! —una vez el oji azul contestó la llamada, el moreno gritó— ¡Tráeme toda la ropa que tienes de mi hijo en tu casa ya mismo! Voy a salir y no tengo nada que ponerle a esa criatura porque está muy gordo y nada le sirve.

𝖭𝖺𝖽𝗂𝖾 𝖢𝗈𝗆𝗈 𝖳𝗎́『Bʀᴏʟʏ x Cʜɪʀᴀɪ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora