La vida en Barcelona continuaba avanzando para Alexia y Clara, quienes habían decidido dar el siguiente paso en su relación y mudarse juntas. Aunque estaban entusiasmadas por compartir un hogar, sabían que equilibrar sus carreras profesionales con su vida personal presentaría sus propios desafíos.
Alexia y Clara encontraron un encantador apartamento en el barrio de Gràcia, conocido por sus calles estrechas y su ambiente bohemio. El apartamento tenía un balcón con vistas a la ciudad, una cocina moderna y suficiente espacio para que ambas se sintieran cómodas.
"Este lugar es perfecto," dijo Clara, recorriendo el apartamento por primera vez. "Tiene mucha luz y un ambiente acogedor."
Alexia asintió, sonriendo. "Sí, puedo imaginarme muchas noches tranquilas aquí, después de los entrenamientos. Será nuestro refugio."
Los primeros días de convivencia fueron emocionantes. Compartieron la tarea de decorar el apartamento, eligiendo muebles y detalles que reflejaran ambas personalidades. Alexia, más práctica, se encargó de los aspectos funcionales, mientras que Clara, más creativa, añadió toques personales con arte y plantas.
"¿Qué te parece este cuadro?" preguntó Clara, sosteniendo una obra abstracta llena de colores vibrantes.
"Me encanta," respondió Alexia. "Le dará vida a la sala de estar."
Cada rincón del apartamento comenzó a llenarse con recuerdos y símbolos de su relación, creando un espacio que realmente podían llamar hogar.
Sin embargo, la realidad de sus carreras profesionales no tardó en imponerse. Los entrenamientos intensivos, los viajes para los partidos y las responsabilidades mediáticas significaban que tenían que trabajar arduamente para encontrar tiempo para ellas mismas.
Una noche, después de un día agotador de entrenamiento, Alexia llegó a casa y encontró a Clara preparando la cena. El aroma de la comida llenaba el apartamento, y Alexia sintió una profunda gratitud por esos momentos tranquilos.
"¿Cómo estuvo tu día?" preguntó Clara, sirviendo dos platos de pasta.
"Intenso," respondió Alexia, dejándose caer en una silla. "Pero saber que vuelvo a casa contigo hace que todo valga la pena."
"Lo mismo siento yo," dijo Clara, sonriendo. "Estamos en esto juntas."
Decidieron establecer algunas reglas para asegurarse de mantener un equilibrio saludable. Una de ellas era tener al menos una noche a la semana dedicada únicamente a ellas, sin hablar de fútbol, solo disfrutando de la compañía mutua y relajándose.
Por supuesto, como en cualquier relación, hubo desafíos. Las diferencias en sus rutinas y hábitos a veces causaban fricciones. Alexia era madrugadora y le gustaba mantener un horario estricto, mientras que Clara prefería tomarse las mañanas con más calma.
Una mañana, Alexia se levantó temprano para su rutina de ejercicio, haciendo ruido sin querer y despertando a Clara.
"¿No podrías hacer menos ruido?" murmuró Clara, medio dormida, cubriéndose la cabeza con la almohada.
"Lo siento, amor," respondió Alexia en voz baja. "Intentaré ser más cuidadosa."
A lo largo del tiempo, aprendieron a adaptarse y a comprometerse, entendiendo que la convivencia significaba hacer concesiones y respetar las necesidades del otro.
El apoyo mutuo se convirtió en un pilar fundamental en su relación. Cuando una de ellas tenía un día difícil, la otra estaba allí para ofrecer consuelo y ánimo.
Después de un partido particularmente desafiante, Clara llegó a casa abatida. Se desplomó en el sofá, con lágrimas en los ojos.
"¿Qué pasa?" preguntó Alexia, sentándose a su lado y tomándola de la mano.
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Amor Y Fútbol - Alexia Putellas
FanfictionLa novela que sigue las vidas entrelazadas de Alexia y Clara, dos talentosas futbolistas que navegan por el mundo del deporte profesional mientras descubren el poder del amor y la resiliencia. A través de una serie de desafíos personales y profesion...