Capítulo 36: Luna de Miel y Reflexión

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Después de la emoción y la euforia de la boda, Alexia y Clara se embarcaron en una aventura que marcaría el comienzo de su vida como esposas: su luna de miel. Habían elegido un destino exótico y tranquilo, una isla paradisíaca en el Caribe, donde podrían relajarse y disfrutar de la compañía mutua lejos del bullicio de sus vidas profesionales.

El viaje en avión fue tranquilo, y ambas aprovecharon para descansar después del intenso y maravilloso día de su boda. Al aterrizar, fueron recibidas por un clima cálido y una suave brisa tropical. Un coche las llevó a su resort, un lugar idílico con playas de arena blanca y aguas cristalinas. A medida que recorrían el camino bordeado de palmeras, sintieron cómo la tranquilidad del entorno comenzaba a envolverlas.

Al llegar al resort, fueron recibidas con collares de flores y cócteles tropicales. La suite nupcial era un verdadero paraíso, con una vista impresionante del océano y una decoración que combinaba lujo y confort. Clara y Alexia se miraron con sonrisas radiantes, conscientes de que estaban a punto de disfrutar de unos días inolvidables.

Los primeros días de su luna de miel los dedicaron a descansar y disfrutar del entorno natural. Pasaban las mañanas en la playa, tomando el sol y nadando en las aguas cálidas y turquesas. Durante la tarde, exploraban la isla, haciendo snorkel entre coloridos arrecifes de coral y paseando por senderos que los llevaban a cascadas ocultas en la selva.

Una noche, decidieron hacer una cena romántica en la playa. La mesa estaba decorada con velas y flores, y el sonido de las olas proporcionaba la banda sonora perfecta para una velada íntima. Bajo un cielo estrellado, disfrutaron de una deliciosa cena de mariscos frescos y brindaron por su amor y por el futuro que les esperaba.

"Este lugar es mágico," dijo Clara, tomando la mano de Alexia. "Es el escape perfecto después de todo lo que hemos vivido."

Alexia sonrió, acariciando la mano de Clara con ternura. "Sí, lo es. Pero sabes, no importa dónde estemos. Mientras estemos juntas, siempre será perfecto."

Durante su estancia en la isla, Alexia y Clara tuvieron tiempo para reflexionar sobre su viaje juntas y los retos que habían superado. Una tarde, mientras descansaban en una hamaca compartida, comenzaron a hablar sobre sus recuerdos y sus sueños para el futuro.

"¿Recuerdas cuando nos conocimos?" preguntó Alexia con una sonrisa. "Nunca imaginé que terminaríamos aquí, casadas y en esta increíble isla."

Clara rió, asintiendo. "Sí, parece que fue ayer. Hemos pasado por tanto, Alexia. Las lesiones, los rumores, la distancia... pero siempre hemos encontrado la manera de superarlo todo."

"Y lo seguiremos haciendo," respondió Alexia con determinación. "Porque tenemos algo especial. Nuestro amor es fuerte y nos ha llevado hasta aquí."

"¿Has pensado en lo que nos depara el futuro?" preguntó Clara, mirándola con curiosidad.

Alexia se quedó pensativa por un momento. "Sí, lo he pensado. Quiero que sigamos jugando al fútbol mientras podamos. Pero también he estado pensando en lo que queremos más adelante, después de nuestras carreras."

Clara sonrió, acariciando el rostro de Alexia. "Me encantaría tener una familia contigo. No sé exactamente cuándo, pero sé que es algo que quiero. Y también quiero que sigamos apoyándonos en todo lo que hagamos, dentro y fuera del campo."

Alexia asintió, sintiendo una calidez en su corazón. "Sí, yo también quiero eso. Quiero que sigamos construyendo nuestra vida juntas, paso a paso."

Además de relajarse y reflexionar, Clara y Alexia también aprovecharon para vivir nuevas aventuras. Decidieron probar el buceo, algo que siempre habían querido hacer. Después de una breve lección, se sumergieron en el océano, maravilladas por la vida marina que les rodeaba. Los peces de colores, las tortugas marinas y los corales vibrantes creaban un mundo submarino fascinante que exploraron de la mano.

Otra tarde, hicieron una excursión en kayak por los manglares, disfrutando de la serenidad del entorno y la belleza natural. Mientras remaban en silencio, se sentían en armonía con la naturaleza y con ellas mismas, conscientes de que estos momentos eran preciosos y únicos.

En una de sus últimas noches en la isla, Alexia y Clara tuvieron una conversación profunda sobre lo que significaba estar casadas y el compromiso que habían hecho el uno con el otro.

"Sabes," comenzó Alexia, "nuestra boda fue increíble, pero creo que lo más importante es lo que viene después. Quiero que sigamos trabajando en nuestra relación todos los días."

Clara asintió, mirándola con cariño. "Sí, estar casadas no significa que todo sea fácil. Pero prometo que siempre estaré aquí para ti, apoyándote y amándote, sin importar lo que pase."

"Y yo también," respondió Alexia, tomando la mano de Clara. "Vamos a construir algo hermoso juntas, paso a paso. Siempre seremos un equipo, dentro y fuera del campo."

Finalmente, llegó el día de despedirse de la isla. Aunque estaban tristes de dejar ese paraíso, también estaban emocionadas por volver a casa y comenzar esta nueva etapa de su vida como esposas.

Antes de partir, se tomaron un momento para contemplar el mar y agradecer por todo lo que habían vivido durante esos días. "Este es solo el comienzo," dijo Clara, sonriendo a Alexia. "Tenemos mucho por delante, y no puedo esperar a vivir cada momento contigo."

Alexia la abrazó, sintiendo una profunda gratitud por tener a Clara a su lado. "Sí, esto es solo el principio. Y sé que, mientras estemos juntas, podemos lograr cualquier cosa."

De vuelta a Barcelona, Alexia y Clara se instalaron en su hogar, listas para enfrentar el futuro con renovada energía y determinación. Sabían que habría desafíos, tanto en sus carreras como en su vida personal, pero estaban más unidas que nunca y listas para enfrentarlos juntas.

Cada día era una nueva oportunidad para fortalecer su relación y seguir construyendo su vida juntas. Con el apoyo mutuo y el amor inquebrantable que se tenían, sabían que no había obstáculo demasiado grande ni sueño demasiado ambicioso que no pudieran alcanzar.

La luna de miel de Alexia y Clara fue más que un escape a un paraíso tropical; fue una oportunidad para reflexionar sobre su viaje juntas, reafirmar su amor y compromiso, y planificar un futuro lleno de sueños y aventuras. Regresaron a su vida en Barcelona más fuertes y más unidas que nunca, listas para enfrentar el futuro con la certeza de que, mientras estuvieran juntas, podrían superar cualquier desafío y alcanzar cualquier meta.

Amor Y Fútbol - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora