Matías había esperado todas las noches de su vida a que su tatuaje apareciera.
Era una extraña tradición amoldada a la normalidad, y a veces pensaba que era antinatural, habían modificado tanto el humano hasta que empezó a suceder.
Durante su adolescencia se obsesiono, investigo hasta que las palabras se quemaron en sus retinas y las fechas con los lugares.
El primer registro fue en Brazil, en 1890, una pareja de músicos aparecieron con un extraño tatuaje en el muslo, y solo se intensificó a partir de ahí.
Casi como una infección, las personas con pareja empezaron a despertar con las primeras palabras que se dijieron al conocerse, luego incluso personas sin pareja aparecieron con el tatuaje y los hijos de estas personas ya nacian con ello.
De eso ya habían pasado más de 100 años, y Matías nunca obtuvo nada.
Ninguna palabra en su piel, y al principio no se había preocupado pero cuando creció y el tema se intensificó, se sintió apartado.
Era extraño que no lo tuviera y pronto las bromas inocentes se volvieron en molestias constantes, los adolescentes son crueles y Matías lo sabía de antemano.
"Che Mati, igual ni siquiera ha nacido" Le dijo un chico una vez en el patio del receso, tenía 15 años en ese momento y seguía sin ninguna marca en el cuerpo "¿Te vas a coger a una niña Matías?"
Había un límite, y Matías lo dibujo desde ese día, cuando sus nudillos se llenaron de sangre y las personas se acumularon a su alrededor.
Había un límite en la cantidad de veces que esperaría y cuando estuvo a punto de ser expulsado entendió que no importaba cuánto lo extendiera, siempre estaría cerca del borde.
Colgado, arañando las esquinas para mantenerse dentro.
Las heridas cicatrizan, y la mayoría de las personas que ha golpeado las tienen, marcas de moretones con sus huellas, y espera que nunca lo hagan, para que sientan el mismo dolor crudo que él.
Matías estaría solo para siempre.
Y a veces se preguntaba si los demás también se daban cuenta de eso.
Sus padres lo habían enviado a un psicóloga, que lo derivo con un psiquiatra, la violencia que quemaba en sus venas debía de ser controlada. Cómo la tristeza que se estancaba en su mente.
La soledad de su futuro lo aislaba, y no importaba cuánto insistiera su psicóloga que no era real, Matías nunca le creería, el pensamiento que vivía en su cabeza por siempre.
Tal vez había algo de razón en lo que decían, tal vez el amor de su vida no había nacido todavía, tal vez Matías si acabaría con un niño.
Los adolescentes son crueles, pero también inteligentes, los hermanos mayores lo evitan y los rumores corren de boca en boca, de pronto todo el mundo lo evita, pero Matías está bien con eso, prefiere acostumbrarse a la soledad antes que lo tome desprevenido.
Estará solo toda su vida, debería acostumbrarse.
No tiene un verdadero amigo hasta que cumple 17.
Está sentado en una banca fuera de rectoría, otro chico con cabello rizado y ojos azules está sentado a su lado, con la mirada fija en sus uñas.
"¿Porque estás acá?" Le pregunta, mirándolo con sus enormes ojos abiertos, Matías lo mira de reojo, cruzandose de brazos.
"Apuñale a alguien con un destornillador" Le responde con facilidad, tentando las aguas, el tiempo no es su mayor preocupación y la reacción del otro chico tampoco.
El chico asiente, sus rizos rebotando con el movimiento "Yo golpeé a la profesora de lengua"
Matías asiente, ahogando una sonrisa.
Juani es extrovertido la mayoría del tiempo, no teme en expresarse y en defenderse, su presencia ilumina cualquier habitación, y apenas se nota cuando está a su lado.
El lo invita a salir con sus amigos, Blas y Fran, que tienen sus propios círculos, en los que también está invitado, es abrumador, como paso de ser excluido a estar en todos lados.
No es un cambio brusco, se amolda a su nueva realidad con relativa facilidad pero decide apartarse de todas formas, las personas se van, y cuando vean como es por dentro entenderán porque se aleja.
Pero a pesar de lo que espera, ninguno de los tres se va.
Y para cuando entra a la universidad, tiene tres amigos que espera que duren el resto de su solitaria vida.
Otro chico se une a su pequeño grupo, de nombre Pipe, es uno de los chicos de su misma carrera, con un par de palabras en sus brazos: "¿Tienes los apuntes de hoy?"
Son las mismas palabras que le dice Juani al momento de conocerse, y la soledad que lo acosaba como una sombre se hace dolorosamente presente.
Matías estará solo para siempre.
Pero tal vez puede cambiarlo. Y un día, después de salir de la universidad, con una jaqueca acumulándose detras de sus ojos y los bordes de su visión nublandose, descubre que puede hacerlo.
Camina mirando al suelo fijamente, su mochila pesando en su hombro pesadamente desequilibrandolo cuando alguien choca contra su pecho.
Su primer instinto es la violencia pero cuando ve al hombre que acaba de tirar al pavimento hirviendo, no tiene la fuerza suficiente ni para respirar.
Es el hombre más perfecto que ha visto en su vida, piel canela, cabello negro y ojos cafés, mueve sus manos con fuerza, gestos firmes que Matías no entiende para nada.
"Lo siento tanto, dejame ayudarte a levantarte, mierda ¿Estás bien?" Matías pregunta, sintiendo el sudor acumulándose en su espalda, las manos del hombre están manchadas de sangre, y ve los pequeños pedazos de grava en sus palmas.
El hombre hace un par de ruidos raros, como si si garganta intentará hablar pero nada saliera de su boca, Matías se queda estático, intentando darle una relación a los movimientos erráticos de sus manos.
"No te entiendo nada" Le dicez finalmente, observando como el hombre parece entender y como saca un trozo de papel de su bolsillo junto a un lapicero.
El hombre escribe furtivamente, su mano moviendose con rapidez y Matías solo puede mirar, hipnotizado por la presencia del otro hombre, que lo atrae casi como un imán. No puede dejar de mirarlo.
El hombre arranca la hoja y se la entrega, una letra prolija y escrita en tinta negra lo recibe, demasiado perfecto para ser real, y entre más lee, más comprende:
¡Hola! soy Enzo, Enzo Vogrincic :)
No te preocupes, fue un accidente, discúlpame a mi por no poderte decir que quedas disculpado: soy mudo"Oh" Susurra, más para si mismo que para el otro hombre. Pero él, Enzo, parece escucharlo.
Matías tal vez no estaría solo para siempre.
...
primera vez en la que escribo a Matías sufriendo, rarisimo, tmb está idea originalmente no es mía es de matiettx 😈 (le cambié el titulo pq en esta cuenta todo es en español)
y tmb les invito a ver sus demás fanfics q todos son joyas de la literatura moderna😘😘😘
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mudo | matienzo
FanfictionEnzo tal vez nunca podrá hablar, pero no es un problema, Matías puede hacerlo por los dos. Idea original de: @matiettx