4. obra

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Si enamoras a un músico, estarás en todas sus letras.

Matías quería hacer honor a la frase.

Empieza lentamente, pequeñas frases relacionadas a Enzo, no cree que alguno de sus amigos se de cuenta y si lo hacen, ninguno dice nada.

Juani le ha a escrito mil canciones a Pipe, y Fran le dedica una a su ligue de temporada, no cree que tengan un problema con el escribiendo sobre Enzo.

Enzo es el hombre más magnífico del mundo, y si Matías pudiera, le escribiría una ópera completa, pero no puede, entonces le dedicará un álbum.

Las primeras canciones que escribe apenas están relacionadas, pero entre más escribe, más empiezan a girar a su alrededor.

Empieza a hacer covers, cualquier cosa que pueda darle, el arte es la mejor forma de amar, la única que Matías conoce para expresar un sentimiento que trasciende las palabras.

Lo que siente por Enzo no es amor, de eso está seguro, es algo más, aún más grande, que lo envuelve y lo incita a ir con él, a descubrirlo parte por parte.

Matías quiere saber que hay detrás de cada parte de Enzo, quiere conocer todo, entenderlo a punto casi primitivo. Quiere estar con él.

"¿Te sentiste así con Pipe?" Le pregunta a Juani un día, mientras está recostado en su habitación, las cortinas están cerradas y el olor a marihuana los rodea.

El humo se enrolla desde su porro, volando a su alrededor, Juani lo mira y le da una calada a su cigarro, inhalando con fuerza "¿Cómo?"

"Como si no pusieras vivir sin él, cuando lo conociste" Matías le responde, mirando a un punto muerto en su habitación, los carteles con fotos de Cerati le devuelven la mirada.

"Todavía me siento así" Le responde Juani, su voz se ahoga bajo la de Spinetta, cantando palabras sin sentido "Pipe fue necesario en mi vida desde que lo conocí, el era tan independiente, tan libre, tan diferente a mí y decidio quedarse conmigo"

Juani suspira, exhalando suavemente, el humo flotando a su alrededor "Pipe conmigo, fue rarisimo, el era tan grande, tan inalcanzable y ahora me da el desayuno en la U"

Matías se ríe, e inhala profundamente su porro, dejando que su cerebro se llene de humo, cierra los ojos, y detrás de sus párpados ve a Enzo.

"Quiero estar contigo" Se imagina su voz, grave y rasposa, por años sin usarse, se imagina sus manos en su mandíbula "Quiero ser contigo"

Estar es temporal. Ser es permanente. Y Matías quiere ser con Enzo el tiempo que tenga.

Se levanta media hora después, con el porro apagado entre sus dedos y escuchando alguna canción de Charly García que no reconoce, su mente muy lejos de su cuerpo.

Juani está dormitando en el suelo, con sus pantalones a la cadera y medio cuerpo enredado en sus sábanas, su porro también está apagado.

Se levanta y busca la guitarra de Juani, tocando un par de acordes rápidamente, las palabras giran en su cabeza, y sabe exactamente que hacer.

Si enamoras a un músico, estarás en todas sus letras. Y si Matías pudiera le regalaría a Enzo seis operas pero por ahora hará la banda sonora de una obra.

Una obra para Enzo, una que sea sola suya.

Se reúne con el saliendo de su trabajo, lo va a buscar en el auto de Blas, un bonito auto rojo que estaciona frente a un complejo de apartamentos.

Hay un ramo de flores descansando en el asiento, camelias que Rocco (el chico que trabaja en la florería y que visita casi diariamente) le recomendó, estan cortadas cuidadosamente y envueltas en suave papel.

Ve a Enzo salir del edificio, con una bolsa colgando de su hombro, tiene el mismo overol que siempre, atado a la cintura con una camisa negra manchada de pintura azul oscuro.

Enzo se detiene frente al auto y lo ve teclear en su celular rápidamente. Su teléfono vibra cuando Enzo lo ve, por el cristal del auto.

no voy a entrar, estoy todo sucio, voy a arruinar el auto—
enzo💗

Matías abre la puerta de todas formas, usando la únicas palabras que había aprendido en la lengua correcta, sus manos moviéndose con duda.

Enzo lo mira y le sonríe, ignorando por un segundo todo.

Para Matías el mundo desaparece cuando Enzo lo mira, cuando Enzo sonríe, cuando le regala una parte de él, y sabe que es el amor de su vida, incluso sin nada en su cuerpo.

Enzo se ruboriza cuando termina la frase, él se lo había enseñado, ese mismo día en el parque y se había encargado de aprender la otra parte por su cuenta, con tutoriales vagos e imágenes.

Enzo, quedate conmigo

Enzo le responde que sí, y por primera vez, Matías entiende las señas que hace, entiende a Enzo, una parte de él que desconocía.

El abre la puerta de atrás y deja la bolsa dentro, el sonido del metal tintineando suavemente. Y cuando abre la puerta del copiloto Matías cree que podría enmarcar su cara.

Sus ojos se iluminan, y ve las lágrimas cristalizarse en sus ojos, cubriéndose la cara con sus palmas. "Te dije que te traería flores cada vez que te viera"

Enzo las sujeta en su regazo y entra en el auto, sentándose en el cuero limpio de Blas, no le importa ensuciarlo si eso significa ver a Enzo un segundo más.

Sigo sucio

Deletrea Enzo en su palma, rápidamente, sacudiéndose los pantalones con las manos e intentando hacerse lo más pequeño posible.

"Yo igual"

Enzo se ríe, y se encarga de memorizar el sonido de su risa, para componer sobre él.

Matías no puede regalarle una ópera, ni una sonata, ni nada en realidad, pero puede regalarle sus sueños. Una obra para él.

Con el sonido de su risa como acorde principal.

mudo | matienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora