mudo | matienzo

9. amar

Matías cayó primero, más fuerte y definitivamente.

Estaba enamorado de Enzo Vogrincic.

Estaba enamorado de sus rasgos, de sus manos, de la facilidad con la que se instaló en su vida, de su cabello sedoso y su piel canela. Estaba enamorado de la forma en la que solo ellos dos se entendían.

De la lengua que crearon entre ellos, que aprendió y perfeccionó para él, enamorado del mundo que había ignorado y que Enzo había abierto para él.

Había escuchado que el amor era ciego, que no conocía fronteras pero Matías pensaba que el amor era en silencio, una especie de tela que se envolvía alrededor de sus hombros.

No necesita decir nada con Enzo, no necesita saber nada, su cuerpo cálido cada vez que lo ve, un instinto primario saliendo a flote.

Esta enamorado de Enzo, lo está en verdad.

Sus sentimientos van más allá de que le guste, sus sentimientos son más complicados, enredados, ama a Enzo, como nunca ha amado a nadie, la seguridad cayendo cuando está con él.

Enzo es su persona.

Y si estuviera atrapado con mil personas buscaría a Enzo en cada una de ellas. Lo elegiría en una habitación llena de gente.

Intenta dejarlo claro en todo lo que hace, las letras de sus canciones tienen el nombre de Enzo en todos lados, los conciertos despegando, y él está ahí, esperándolo después que las mujeres intenten romper su ropa.

Piensa en abandonar todo, en abandonar la universidad y dedicarse a la música, a adorar el suelo donde Enzo camina, a ser su persona segura.

Quiere sacar a Enzo de trabajar, darle una mejor vida, una donde no tenga que pintar departamentos de niños prepotentes por una miseria, una donde haga lo que le guste.

La obra que le escribió está casi terminada, dedicaba todo su tiempo libre a escribirla, a añadir cosas y eliminar cosas, filtrando el contenido con sus amigos.

Fran revisa el documento de vez en cuando, hace un arreglo por ahí y por allá pero nada exactamente concreto, Juani lo ayuda con un par de diálogos y Pipe prácticamente reescribe cada párrafo que escribe.

Blas le presta su impresora, pero intenta hacer sugerencias cada vez que lo trae a la mesa.

El personaje principal es Enzo, y había visto suficientes obras mudas para entender su concepto, no tiene muchos diálogos, es una introspección que otra cosa, un estudio ee su interior.

Desmenuza su corazón, exponiendolo a sus amigos, nuestra su interior al rojo vivo, y espera que a Enzo le guste como a él le gusta.

Blas imprime el guión dos días antes de su cumpleaños, a blanco y negro, son menos de 50 hojas pero por alguna razón siente que son muchísimas más, pesando toneladas dentro de su bolso.

Lleva un ramo de flores que le regaló Rocco, mientras se dirige al apartamento de Enzo, el auto de Blas lleno de cosas, había comprado un par de cosas para su cumpleaños del pago de su último concierto.

Esta enamorado de Enzo, lo suficiente para organizar toda una fiesta a sus espaldas.

Había conspirado con sus amigos, para mantenerlo fuera de su departamento para que el pudiera decorar, no está seguro a dónde se lo habían llevado, la ansiedad acumulándose en su estómago.

Lo necesita, lo quiere todo el tiempo, acostado sobre su pecho, abrazándolo por los hombros y tarareando en voz baja.

"Te gusta mucho Enzo" Dice Blas como una observación casual, pegando las decoraciones en las partes más altas del techo "Nunca te había visto así"