8. vos y yo

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Matías invita a Enzo a uno de sus conciertos un martes por la noche.

Rocco, el chico de la florería, los había invitado a tocar con él en un bar, y a pesar que no era parte oficial de su grupo deciden ir.

Blas se encarga de llevar la mayoría de las cosas, principalmente porque es el único con un auto propio y porque es el que quiere hacerlo.

Matías saca su guitarra del auto de Blas, no es la gran cosa en realidad, una guitarra eléctrica roja con una correa negra, que cuelga de su cuello mientras respira antes de salir.

Sus conciertos nunca están llenos, los bares a los que van los quieren como musica de fondo más que como entretenimiento principal, hay menos de 20 personas esperándolos, pero entre ellos está Enzo.

No es su tipo de espacio, ni un lugar donde le gustaría estar, pero aún así está sentado en una mesa, con una cerveza y esperando que aparezca.

Inhala y exhala, agradeciendo el porro que fumo con los demás antes de llegar, se muerde el labio interior mientras sale detrás de Fran.

Lo primero que ve es a Enzo, sentado en una mesa en el centro del bar, su tarro de cerveza a medio tomar, Pipe está a lado suyo, charlando amenamente con él.

Enzo lo mira a los ojos y sonríe, hablando lentamente. Es un mensaje solo entre ellos dos, que solo ellos dos entienden, que solo ellos dos saben.

Suerte Mati, te quiero muchísimo

Matías deja que la guitarra cuelgue de su hombro, hablándole en silencio a Enzo, Fran está a su lado conectando claves a los altavoces y arrodillado cerca de su bajo.

Te quiero más Enzo

Enzo se sonroja, y se cubre la cara tomando un sorbo de cerveza, e incluso con la mala iluminación del bar, cree que se ve hermoso.

Parece un ser etéreo, fuera de este mundo, algo demasiado hermoso como para estar con él y piensa que Enzo es demasiado guapo para estar ahí, con él, esperando a que cante canciones de otras personas.

"Deja de boludear con tu novio Mateo" Blas golpea su hombro con una de sus baquetas, regresandolo a la tierra de pronto y se da cuenta que está estatico en medio del escenario, cerca del micrófono principal.

Se aparta lentamente y se dirige a su lugar, cerca de Fran, conecta su guitarra rápidamente y espera a que todo empiece, Rocco entra detrás de Juani mientras toca los primeros acordes.

Los contrataron para cantar 1 hora y media, y no planean extenderse más de eso, rasguea las primeras notas, escuchando la voz de Juani vibrar por sus altavoces.

Los primeros acordes de prófugos se escuchan, y pronto Juani empieza a cantar, aferrándose al micrófono y sujetandolo con sus dos manos.

Pronto las personas se acumulan cerca del escarnio, atraídos por la voz magnética de Rocco, Juani se desplaza hacia atrás, cantando el coro cuando se cansa.

El sudor gotea de su cabello como si fuera agua, el calor se acumula alrededor del escenario y pronto siente a las personas intentando jalar sus pantalones.

Es abrumador sentir a tantas personas coreando sus canciones, gritando sus nombres e intentando alcanzarlo, pronto el público se duplica, y se triplica, personas entrando cada pocos minutos.

Y Enzo sigue ahí, en la misma mesa, con otro tarro de cerveza y moviendo sus labios al ritmo de la música, no puede cantar, en realidad no, pero si Matías se concentra lo suficiente puede imaginar su voz.

Gruesa y baja, susurrando entre las personas que lo rodean, Matías puede imaginar cómo hablaría, sus cuerdas vocales vibrando y llamándolo como una sirena, hiponotizado.

Enzo se levanta de entre la multitud, peinando su cabello con sus dedos, y tomando un trago de su cerveza, Pipe no está por ningún lado y de repente Matías siente que solo está tocando para él.

Su psicóloga alguna vez le había hablado sobre la visión de tunel, sobre como se ve a un problema y Matías se siente así, solo puede mirar a Enzo.

No a su guitarra, o a sus dedos, o al público, solo tiene ojos para Enzo.

"¡Cambiamos a una de Rocco, la de Vos y Yo!" Le grita Fran al oído, su mano sobre la suya para detener sus movimientos, asiente suavemente, mirando a su guitarra.

Los primeros acordes son suaves, tranquilos y lentos, la multitud baja su euforia, tranquilos por la suave voz de Rocco, el levanta la mirada de su guitarra, el sudor acumulandose en su frente.

Enzo está ahí, mirándolo.

"Siento algo que no puedo decir, pero intento explicarle riendo" Rocco canta suavemente, su boca cerca del micrófono, Matías repite la letra en voz baja, mirando a Enzo en todo momento.

Es su canción, la que tal vez tuvo que haber compuesto él, la que es suya.

"Caminando hacia el amanecer, dijiste cosas que no entiendo" Matías se apresura con los acordes, desbordando su corazón en cada rasgueo.

Blas empieza a tocar con más fuerza, sus baquetas golpeando su batería, Rocco respira con fuerza, preparándose para el coro.

Matías alza la mirada, confiando en sus manos, mira a Enzo, que lo mira de vuelta, en medio de decenas de personas e iluminado por el resplandor de las luces del escenario.

"Es un idioma diferente, el que no habla mucha gente" Rocco canta, Juani coreando en otro micrófono, el también canta.

Pero no es para el público que empieza a cantar a la par de Rocco, no es para Fran que está concentrado en su bajo, no es para el, es para Enzo.

Para Enzo porque parece que Rocco escribió esa canción para ellos dos, una que sea personal y solo suya, canta en silencio toda la letra hasta que sus pulmones se quedan sin aire.

Cuando baja del escenario, después de haber sudado su peso, se tambalea hasta donde está Enzo, acalorado por la gente que lo jala entre jadeos y termina en la parte de atrás del bar.

Enzo aparece poco después, con un ramo de rosas rojas, tienen otras flores y otro par de decoraciones, sus ojos se inundan de lágrimas y espera lo que le va a decir Enzo.

Dijiste que siempre que me veas me darás flores, me toca a mi.

Enzo habla rápidamente, entregándole las flores con un abrazo, Matías se aferra a su torso, su cara escondida en su cuello y las flores aplastadas entre sus pechos.

Solloza por la adrenalina, por el miedo y por la adoración infinita que siente hacia Enzo, el amor corriendo por sus venas a toda velocidad.

"La última canción la cante para ti" Susurra, su voz quebradiza por el llanto, Enzo se separa de él, con sus manos haciendo señas rápidas.

¿Sabes que no es un idioma verdad?

"Lo sé, pero no importa, es verdad" Lo besa de sorpresa, sus manos en sus mejillas, Enzo se rie durante el beso, buscando su boca con sus labios.

Cuando se separan, jadeando y riendo, Enzo deletrea rápidamente.

Estás todo sudado Mati, que asco

Matías se ríe, y lo vuelve a abrazar, besando su cara con besos de mariposa, hasta que su cara está tan cerca de la de Enzo que siente su aliento sobre sus labios, sus narices tocándose.

"Ahora tu también"

mudo | matienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora