14. los viejos de matías

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"Mis viejos quieren conocer a Enzo"

Juani escupe el agua cuando lo escucha.

Sus padres no eran exactamente criticos, pero sabía que había algo que no les iba a agradar Enzo, sabía que encontrarían algo mal.

Lo habían hecho con Malena, lo había hecho con el chico de antes de ella, lo hacían cada vez que conocía a alguien.

Le gustaba que se preocuparán por el, pero juzgar a cada una de sus parejas había quebrantado un poco su relación.

"¿Y?" Pregunta Pipe, el más despreocupado de la mesa, está sentado en el regazo de Juani, prácticamente colgado de su cuello.

"No conoces a los viejos de Mati" Responde Blas inmediatamente, con los ojos bien abiertos "Cuando fuimos a su casa, su viejo le dijo mariposa a Fran"

"¡Che, dijimos que no hablaríamos de eso!" Fran se cubre la cara con las manos, ignorando la estridente risa de Juani "A Juani le pregunto si no era mongolico"

Blas estalla en risa entonces y Juani se queda mortalmente callado, con el ceño fruncido "Le dijo a Blas autista" Dice mortalmente serio.

Matías se sonroja hasta el pecho mientras escucha a Pipe reírse a todo pulmón, agarrándose el estómago.

"No sé que voy a hacer, le van a decir alguna pelotudez a Enzo" Suspira frustrado, y se tira sobre la mesa, intentando fusionarse con la madera.

"¿Pero si saben que Enzo... ya sabes?" Dice Blas, lentamente, haciendo señas raras con la mano, Fran rueda los ojos golpeando su mano.

"Es mudo, Blas, decilo" Fran contesta rápidamente, tecleando en su teléfono mientras mira mal a Blas.

"Eso" Blas se encoge de hombros, mirándolo atentamente, y de repente Matías se siente juzgado por lo que no ha dicho.

"No"

Cuatro pares de ojos lo juzgan en ese momento.

"Sos un pendejo Matías" Le dice Juani, con el ceño fruncido, el asiente, mirando hacia sus manos, sus uñas disparejas por morderlas tanto.

"Lo sé"

Algo se le debe de ocurrir piensa, sus padres no cuidaban su lenguaje, chapados a la antigua, y se imagina lo mucho que le podría afectar eso a Enzo.

Podría negar la invitación, pero entonces sus padres viajarian hasta su departamento solo para ver a Enzo y no está seguro que alguno de sus amigos quiera recibirlos.

Tiene que aceptar, algo se le tiene que ocurrir.

El día llega y no se le ocurre nada.

Enzo está prácticamente vibrando de emoción, vestido con su mejor ropa, incluso lo había ayudado a preparar un pay para entregarle a sus padres.

La ansiedad crece dentro de su abdomen, no sabe cómo decirle que su emoción va a ser destruída por dos viejos, que realmente sería mejor si no fueran.

Cuando estaciona el auto de Blas frente a la casa de sus padres, con Enzo sonriendo de oreja con un pay entre las piernas siente que podría vomitar.

Enzo no merece eso, pero quiere pensar que sus padres podrán guardarse sus opiniones solo por un momento.

"Mis viejos son groseros, con todos, por favor no dejes que te afecte lo que digan" Dice en silencio, con su cabeza contra el volante, suspirando por toda la situación.

Enzo lo toma del brazo y asiente lentamente, sonriendo como solo el sabe.

Ya estoy acostumbrado

mudo | matienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora