17. gato

316 36 45
                                    

Matías siempre había sido un ermitaño, era demasiado raro, demasiado violento, demasiado extraño para tener amigos.

Mientras crecía no había tenido ningún amigo, asustados porque en cualquier momento los atacaría, porque iría por sus hermanos, porque era un raro. Matías sabía de los rumores y de lo que decían de él.

Y no le importaba, no le importaban muchas cosas en ese momentico, escuchaba los apodos y las risas, pero en la neblina de su depresión apenas escuchaba su voz.

Desde que conoció a Enzo todo cambió, sentía que atraía a las personas y de repente todo el mundo orbitaba a su alrededor, buscando verlo y hablarle.

Se sentía raro, como si lo estuvieran confundiendo con otro, pero sabía que solo había un Matías Recalt en toda su universidad, que solo lo buscaban a él.

Juani y él a veces les gustaba conocer a algunos, no eran turbas de cientos de personas, eran uno o dos chicos que se acercaban a invitarlo a sentarse con ellos.

De todas las personas, el que resalto fue Agustín Della Corte.

Era uruguayo como Enzo, más alto que el, con caballo castaño y enorme de todos lados, tal vez porque jugaba rugby o porque así era su genética, pero Agus era un hombre grande.

Había algo en él que lo atraía pero no como Enzo, algo diferente, había algo en Agus que le recordaba a Enzo, y  le gustaba pensar que era por eso que lo atraía.

No hay nadie en el mundo que sea iguale a él, o que se acerque pero Agus es un buen intento, y piensa que es una buena idea que se conozcan.

"Che, deberías conocer a mi novio, es re bueno" Propone un día, mientras está sentado con Agus en el patio de su facultad, él inmediatamente se tensa a su lado.

"¿Tenés novio?" Matías asiente, ignorando la mueca que hace Agus al escucharlo, dejando de agarrar su brazo y jugando con un hilo de su camisa.

"Si, se llama Enzo, igual es de Uruguay" Matías se muerde la lengua para no empezar a hablar sobre él como siempre lo hace, Agus lo mira durante unos segundos y se encoge de hombros.

"Dale, dime cuándo"

Matías ignora felizmente como Agus tensa su mandíbula cuando empieza a hablar de Enzo.

"¿Querés conocer a uno de mis amigos?" Le pregunta a Enzo un día, mientras estan abrazados en su habitación viendo vídeos en su computadora.

¿Quien?

Enzo escribe en el dorso de su mano, sus dedos delineando las letras lentamente, Matías se returce en sus brazos y pega su espalda cerca de su pecho.

"Agus"

Enzo no escribe nada más y Matías piensa que acepto.

Se equivocó con los dos, la reunión es extremadamente incómoda, había decidido hacerla en una cafetería cercana a su facultad, para que estuvieran en terreno conocido.

Pero no sale bien, Enzo apenas lo mira y se mantiene en total silencio, sin hacer ninguna seña y sin escribir nada en su mano.

Agus habla de un par de cosas aquí y allá pero se mantiene generalmente en silencio, incómodo por la forma en la que Enzo lo mira de vez en cuando.

Matías intenta que hablen, conectar sus intereses, algo que haga que la tensa atmósfera se rompa, pero nada parece funcionar, ni siquiera su país de origen.

"¿Agus si te conte que Enzo es de Uruguay? Igual y se conocen, Enzo siempre habla de lo chiquitito que es Montevideo" Matías exclama, emocionado y Enzo aprieta su mano suavemente pero Agus no dice nada.

"Nací en Paysandú" Agus se encoge de hombros, jugando con la pajilla de plástico de su bebida, Matías se queda callado después de eso.

"Nunca me contaste que tenías un novio Mati" Agus comenta de repente, y Enzo se tensa inmediatamente, mirándolos a ambos "Sos impredecible"

Hay un subtexto que no entiende en como Agus habla, casi como estuviera coqueteando, desliza su mano hasta que está cerca de la suya, sus dedos rozándose.

Enzo se levanta de un tirón y empieza a hacer cientos de señas, rápidas y sin descanso entre ellas, y Matías apenas puede entender que es lo que quiere decir con lo frenético que es.

Puto.

Trolo.

Gato.

Matías se muerde la lengua, observando como Enzo sale de la cafetería, no espera que lo siga ni recoge sus cosas, solo camina.

"¿Que le pasa al loco ese?" Agus dice, con desdén, mirando a la dirección donde salió Enzo.

Matías es muchas cosas, y violento es una de ellas, impulsivo, caótico, y siente la ira burbujear bajo su piel cuando esas palabras salen de la boca de Agus.

"¿Que te pasa boludo? ¿Que decís?" Matías golpea sus manos contra la mesa y Agus se encoge de hombros, y se acerca más, atraído tal vez por la rabia que siente.

"Sabes, yo nunca haría una escena como el loco ese, soy mejor"

Ambos se quedan en silencio en ese momento, Agus lo mira, con una media sonrisa mientras el solo puede procesar lentamente la información.

No sería la primera vez que golpea a alguien en público, no sería la primera vez que intentan arrestarlo pero imaginar la cara que haria Enzo lo detiene.

"Andate a la mierda" Matías se levanta, tomando el bolso de Enzo del asiento, Agustín se queda estático en el asiento, solo mirando "No te rompo la cabeza porque el está afuera"

Es una amenaza.

Sale de la cafetería, buscando a Enzo por las calles apenas transitadas, es temprano en la mañana y su cabello lo reconoce incluso a metros de distancia.

Enzo se da vuelta en ese momento, y ve sus enormes ojos cafés observándolo entre la gente.

Es hipnótico, como una sirena, lo atrae como una cuerda, como si lo jalaba hacia su dirrección, Matías apenas piensa en lo que hace, llegando a lado de Enzo en minutos.

Caminan entre la gente y terminan sentados en una banco cercano, simplemente mirando hacia la calle, en silencio.

A Enzo le gusta ver a la gente pasar.

¿Porque nunca le dijiste que era tu novio?
Si querías esconderme te hubiera ayudado, no sería la primera vez.

Los ojos de Matías se llenan de lágrimas, los dedos de Enzo escriben suavemente las palabras sobre su piel, como si se arrepintiera de cada letra.

"No te voy a esconder Enzo" Empieza, lentamente, su voz tartamudeando despues de cada frase "Le dije a Agus que tenía novio, creí que se llevarían bien"

Quería llevarte a ti conmigo enfrente.

Matías se ríe suavemente, disfrutando de la sonrisa que empieza a florecer en las comisuras de los labios de Enzo, su risa burbujeante en su pecho.

"Es un desubicado"

Me di cuenta.

"¿Sabes que te amo verdad?" Matías mira a Enzo a los ojos, sus labios se separan lentamente, como si quisiera decir algo.

Lo sé, yo igual te amo

No necesitan palabras para amar, sus labios sobre los suyos son suficiente.

mudo | matienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora