Madre

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 Solo había silencio en la sala, la luz del sol se asomaba por los ventanales, era mediodía y el calor poco a poco se sentía menos en la gran ciudad de Demacia lo que indicaba el cambio de estación, dentro de la habitación a delante de las bancas hechas de madera blanca formadas en fila con un pasillo en medio, estaban tres mujeres con la cabeza gacha y los ojos cerrados rezando en completo silencio, en lo que parecía ser una escena de un pequeño grupo realizando una plegaria después de la liturgia habitual en el monasterio, sin embargo algo más estaba pasando, ya que la mujer que estaba en medio se encontraba con un aspecto bastante desaliñado y los ojo completamente llorosos.

 Las noticias de la desaparición de Dreiner se dieron tan solo unas horas al momento en el cual la tropa abandonó la gran ciudad, apenas el rey se enteró de esto envió un mensajero para que fuera a la tropa y descubriera al príncipe, sin embargo, por razones desconocidas para la corte el mensaje nunca llegó a tocar su destino y el mensajero misteriosamente desapareció de los rincones del reino, durante los días en los cuales la tropa estuvo fuera la reina Sona estuvo con un sentimientos de preocupación dentro de sí, y durante aquellos días se saltaba las reuniones de la corte en las cual su presencia estaba solicitada, y pocas veces comía (más que nada cuando Valeria le rogaba por su estado de salud). Pero al momento en el cual uno de los soldados de la tropa comandada por Quinn llegó a la capital con las noticias de lo acontecido en la batalla su preocupación aumentó de forma indescriptible, rápidamente se le preguntó por el príncipe pero el soldado mencionó que cuando se reagruparon Dreiner no fue encontrado o no reveló su identidad. Aquello casi mata a Sona más cuando se mencionó que más de un miembro de la Vanguardia Valerosa fue tomado como prisionero.

 La reina estaba devastada, su estado de salud empeoró aún más, lo cual tenía a los maestres trabajando día y noche para controlar la enfermedad que le aquejaba. Sona cada día estaba más desgastada, las ojeras eran notorias, su cabello se volvía más opaco desalineado y las ropas que le traía Valeria eran rechazadas por la reina... se quedaba en bata todo el día todos los días. Su hermana Kahina al enterarse de la situación de Sona rápidamente fue a darle consuelo y mantener su esperanza en lo alto. 

 Las tres mantienen su plegaria en el monasterio de forma silenciosa y con el debido respeto que se le mantenía a aquella capilla, rogándole a las hermanas el bienestar de Dreiner. Sin embargo, Sona no estaba del todo bien, de la nada su cuerpo comenzó a temblar y el sudor en su cuerpo poco a poco, hacia acto de presencia tanto Kahina como Valeria dejaron sus rezos para observar a la reina, esta se mantenía con la cabeza agachada y los ojos cerrados, pero su cuerpo sentía un escalofrió y el sudor solo era superado por las lágrimas que surgían de sus ojos desconsoladamente.

- Mi señora - dijo Valeria preocupada mientras envolvía sus manos en la mano se Sona -. Está empeorando, la llevaré a sus aposentos para que un maestre le atienda.

 Valeria se levanto y intento llevarse a Sona a su habitación para que descansase, sin embargo, Sona se mantuvo en su lugar de rodillas mientras apretaba la mano a la de la joven y aguantaba las ganas de llorar a cataratas, como si una culpa la estuviera carcomiendo desde adentro quemando cada sentimiento que ella sintiera en ese momento, era impresionante el como controlaba su magia para no transmitirla a quienes estaban cercanas a ella.

- Hermana - Kahina se acercó a su hermana menor -. Por favor estas mal necesitas descansar, haz lo que dice Valera - Se colocó de pie al lado de la sirvienta -. Vamos te acompañamos.

 Las dos acompañantes de la reina le observaron de forma preocupada y su hermana se le acercó posando su brazo alrededor de la espalda de Sona, está por mera tristeza se apoyó enterrando su cabeza en el pecho de Kahina, llorando por completo, su hermana le acaricio la espalda de forma tranquila, para después pasar su mano por la frente de la misma preocupándose de forma inmediata por el calor que sentía, fiebre.

Legados (Secuela Fuego y Agua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora