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Dentro del bastión inmortal Draven se encontraba acostado en su cama, esto después de llegar con la tropa, estaba cansado y necesitaba relajarse un poco e intentaba dormir, sin embargo las cosas en su cabeza no le permitían siquiera tomar la más ligera siesta lo cual le hizo soltar un largo bufido de cansancio, se sentó en la cama mientras apoyaba los codos en sus rodillas y se pasaba las manos por la cara, no sentía aquel cansancio después de una campaña desde que era un mero recluta en su primer año en el ejército, o desde sus campañas con la S.O.G con el general Kai, además desde que salió rumbo a Demacia y volvió a Noxus había descansado lo suficiente como para no estar tan agotado en el bastión, ¿Qué le sucedió entonces?, desde que capturó a Dreiner toda su mentalidad comenzó a ir en picada, ¿por qué?

 Se levantó y salió de su habitación para pasar a la sala de sus aposentos, se dirigió a un minibar personal que tenía sacando una botella de licor de su interior, normalmente tomaría una copa de vino, sin embargo, la leve migraña que sentía en su cabeza le decía que mejor algo más fuerte, por los ligeros rayos de sol que atravesaban en la ventana se mostraba que todavía no pasaban del medio dia pero aquello le dio igual a Draven. Se sentó en un sofá de cuero hundiéndose en los colchones repletos de algodón extraídos de los lugares más exóticos del imperio, se sirvió un poco de licor en un pequeño vaso de cristal, para después dejar la botella en una mesa de noche que se encontraba a su izquierda, tras un largo trago e ejecutor echó su cabeza para atrás mientras cerraba los ojos y sentía el ardor del licor recordarle la garganta, tenía cosas que hacer, el reporte de lo sucedido era una de esas cosas, pero de seguro le encargaría aquel trabajo a Duk, ya que sabría lo que sucedería cuando Darius se entere de a quien capturaron, aunque de seguro le recriminaría a su estilo cuando eso sucediera.

 Igualmente, debía coordinar los juegos en la carnaza en conmemoración con la victoria de la guerra civil noxiana que sucedería en dos semanas más, para su suerte la carnaza y los combates de gladiadores no estarían en funcionamiento durante aquel periodo lo cual le daría tiempo para coordinar todo correctamente, aunque quizás ordene que alguien más haga ese trabajo por el. Le dio otro trago al vaso para después tomar nuevamente la botella y rellenar la misma, y repetir el mismo proceso una y otra vez hasta que la botella de licor se quedara sin líquido.

<<Vaya forma de iniciar el día>> pensaba mientras miraba el vaso vacío y manchado de licor.

 Realmente Draven no era alguien que empezará sus días viviendo libremente una botella entera, aunque era bien conocida su fama de bebedor en las fiestas, no era algo que hiciera a menudo para empezar el día. Al frente de él se posaba una gran cuadro de su persona (de los muchos que habían de él), el cuadro más grande de su habitación el cual le mostraba vestido como un rey con su cetro, su capa y su gran corona que brillaba a la luz del sol. Aquello le hacía sonreír, ya que eso era un retrato que le hicieron después de la guerra en uno de los territorios que intentó independizarse del imperio. Darius en la incursión por volver a anexar a aquellos territorios le pidió a Draven que tomará parte de sus tropas y se encargará de aquel reino, así lo hizo pero cuando llegó a las puertas noto una leve resistencia por parte de los soldados que conformaban aquel pequeño reino a las cercanías del norte, por las fuerzas que el ejecutor tenía en aquel momento y la experiencia de los mismos en asedios aquella resistencia no parecía la gran cosa, algo rápido para terminar en un día fácil, pero Draven tenía una pequeña idea en mente.

 Con un mensaje a los centinelas de las torres anunció que venía a negociar, y que no había necesidad de una batalla que derrame sangre inocente, al principio dudaron por temor a que al momento de abrir las puertas los legionarios noxianos comenzarán a quemar y a matar a todos los que encontrarán en la ciudad, sin embargo aun así un concilio a las afueras de las murallas se llevó a cabo, entre el ejecutor y el proclamado rey junto con gran parte de su corte. Como si fuese por arte de los dioses, en medio del concilio Draven se fijó que entre los miembros de la corte y el propio "rey" existían distintas rencillas entre ellos lo cual Draven aprovechó para sacar ventaja de aquello. Utilizando su carisma, comenzó a engañar a todos los miembros de la corte y incluso al propio rey, utilizando a su favor todos los conflicto que estos tenían entre sí, mientras él se hacía con el favor de los mismos esperando a su siguiente movimiento, y prometiéndoles su completo apoyo y sus fuerzas en caso de cualquier levantamiento. 

Legados (Secuela Fuego y Agua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora