Legados (Secuela Fuego y Agua)

Ruido en el Bosque

 El sonido del hierro de las armaduras de los soldados que se encontraban en la marcha ocupaba el mayor protagonismo en un viaje en la cual el silencio era el principal protagonista. El ejército noxiano hacía cinco días que había salido de la capital en dirección a Demacia, todos iban marchando en una formación perfectamente alineada en diez grupos de cien trifarianos, no eran un ejército tan grande como la mayoría esperaría, pero todos estaban entrenados y contaban con el equipamiento necesario para enfrentar cualquier adversidad. En cuanto a equipo de campamento iban ligero, no llevaban los estandartes alzados por el momento, únicamente lo necesario para la noche, y algo de comida, si les faltaba algo simplemente se detenían y lo buscaban o cazaban algún animal cuando tenían mucha hambre.

 En el frente de todo el ejército se encontraban los dos generales que lideraban a la tropa, Draven y Duk caminan a la par de uno con la vista al frente en la planicie en la cual marchaban, el más joven vestía una armadura completa del característico hierro noxiano oscuro como la noche misma, con los tonos rojo carmesí con una capa que ondeaba su espalda con el símbolo noxiano en medio la cual tapaba una gran vaina que guardaba un gran mandoble del mejor hierro que el imperio tenía en su arsenal, y en su mano cargaba un yelmo que en su cabeza tenía un gran penacho en forma de cresta de un color rojo como la sangre. Draven en sí sus vestimentas no habían cambiado con el paso del tiempo, seguía siendo muy reacio al momento de equipar una armadura común y corriente, mantenía sus pantalones negros con sus botas y las espinilleras de hierro que le protegían hasta las rodillas sus brazos mostraban las típicas ante braceras rojas y doradas con sus guantes negros, sin embargo su top verde ahora era mas opaco y cubría su torso por completo (aunque mantenía la piel de lobo y el propio Draven le había quitado las mangas), junto con sus características hachas cruzadas en su espalda.

 Sin embargo, su actitud era algo extraña en él, no llevaba aquella sonrisa orgullosa que tanto le caracterizaba al momento de comandar una expedición, estaba serio, serio y con los ojos posados en la nada, se mantenía en silencio, no contaba aquellas historias en las cuales alardeaba sobre alguna ejecución o duelo en la arena o una hazaña en una campaña militar hace algunos años, solo se mantenía con la boca cerrada y la mirada seria, cosa que a más de uno extraño.

- Sigues sin hablar - dijo Duk intentando despabilar a Draven -. Nos queda poco recorrido.

- ¿No crees que Darius tomó una ruta extraña para el viaje? - dijo Draven casi indiferente mientras observaba de reojo a Duk.

- Es una ruta que nos ahorrará días de viaje. Tomamos la ruta de calamandra por las tierras de Targon y después subimos al norte. Suena extraño pero realmente nos ahorra tiempo.

- Sabes perfectamente que nos estarán esperando.

- Contamos con eso... Eso ya lo sabes.

Draven se mantuvo en silencio.

- ¿Me vas a decir por qué de tu actitud? - presunto Duk, intrigado por la actitud del ejecutor.

- ¿Realmente va al caso? - pregunto de vuelta Draven de forma evasiva.

- Si... Si va al caso, estamos en plena marcha y no quiero que tu cabeza ruede en la tierra cuando nos topemos con los demacianos, por el simple hecho que no estás lo suficientemente concentrado.

 Draven volvió a observar a Duk mientras levantaba una ceja, no era la primera vez que el le regañaba por no estar lo suficientemente concentrado o intentaba indagar en lo que ocurría en su mente, pero eso solo pasaba en situaciones casi efímeras y en las cuales se responden con una respuesta de lo más simple la cual resolvía las dudas del más joven, más en esta ocasión era diferente ya que Draven no estaba desconcentrado por alguna razón banal como en aquellos momentos, esta vez algo más parecía estar pasando en la mente del ejecutor y al parecer Duk tenia la intuición de que podría ser.