Crápula

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Capítulo II:

Él no le devolvió el beso. Sakura se dio cuenta de inmediato de que Sasuke no la estaba besando, pero era tan testaruda que no se permitió darse por vencida, a pesar de que su orgullo le suplicaba que dejase de hacer tonterías.

—¡Bésame, maldito seas!- Era él quien le había provocado esa fiebre en la sangre con su torso al aire y sus ojos salvajes. Sharingan la estaba volviendo loca, la había atraído hacia él y ahora la estaba rechazando.

—¡No maldigas! —farfulló el pirata.

Y entonces la rodeó con los brazos y movió hambriento los labios encima de los de ella. Deslizó la lengua por la boca de Sakura, provocándola, seduciéndola. Él sabía a brandy y a peligro, y la zona más íntima de ella tembló al sentirlo. Sakura suspiró y separó los labios y él aceptó la invitación y entró. La lengua de Sasuke buscó la de Sakura, la acarició y la saboreó, encontró los lugares más sensibles y los lamió. Fue como rozar la seda. Oh, Dios santo. Ese hombre sabía besar. Sakura encogió los dedos de los pies. Furioso y posesivo, hambriento y atrevido, Sharingan estaba asaltando todos sus sentidos con suma maestría. Incapaz de resistirse, Sakura se rindió a él desesperada por sentir más y más. Más de él.

—Tranquila —susurró Sasuke abrazándola contra su cuerpo.

Con una mano la sujetó por el cuello y apoyó la nuca en el hueco del codo para poder devorarle la boca como necesitaba.

Sakura gimió cuando notó la otra mano de él deslizándose bajo la camisa para acariciarle el pecho. Lo capturó en la palma y apretó la curva inferior mientras con el pulgar le tocaba el pezón muy despacio, atormentándola. Poco a poco, Sharingan excitó la punta y el intenso placer que le causó a Sakura se extendió lentamente hacia su entrepierna. «Oh, ¿por qué me toca donde más lo necesito?».

—Tócame —le suplicó ella cogiéndole la muñeca para colocarle la mano firmemente encima de su pecho—. Aquí —gimió, y su cuerpo se derritió—. Oh. Dios..., tócame por todas partes.

—Sakura...-

El beso de Sasuke perdió la poca ternura que le quedaba. La devoró, movió la lengua frenético dentro de la boca de ella, con los dedos pellizcó y tiró del pezón hasta que ella sollozó de placer. Sakura se estaba muriendo de deseo. Tenía la piel demasiado tirante, demasiado caliente. Quería arrancarse la ropa y pegarse desnuda al cuerpo de Sasuke. Pero lo único que pudo hacer fue acariciarle la piel y apretar los dedos hasta sentir los huesos que se escondían debajo, y disfrutar de la sensación de notarle estremecerse junto a ella.

Dios, Sasuke olía de maravilla, como el viento y el mar, como la pasión, como debía oler un hombre de verdad. Alguien llamó a la puerta y Sakura no se percató hasta que Sharingan se apartó.

—¿Qué pasa? —preguntó él con la voz ronca, sin dejar de acariciarle el pecho con una mano y de acunarle el rostro contra su torso con la otra.

—Capitán, tenemos problemas con la otra tripulación —gritó Juugo a través de la hoja de madera. Sharingan expresó su frustración con un rugido.

—Subiré a cubierta enseguida.- Unos pasos pesados se alejaron del camarote.

—No... —protestó Sakura perdida en el perfume de la piel de Sasuke, en el calor de sus caricias, en el sabor de su boca. Estaba dispuesta a darle cualquier cosa con tal de que la liberase de la locura que se había apoderado de ella, y en su interior sabía que él era el único que podía curarla. Sasuke le dio un beso firme e intenso.

RE II: Placeres robados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora