- 𝟏𝟏. 𝐞𝐥 𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚

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CAPÍTULO 11

EL ARTE DE LA LITOMANCIA

James Sirius Potter sabía que era la Princesa de Slytherin y no otra persona quien se había sentado frente a él en el desayuno incluso antes de elevar la vista.

Esmeralda siempre miraba a las personas, sobre todo cuando estaba en un espacio público, al igual que si las observase por encima del hombro. Tenía ese porte de superioridad digno de los Malfoy. El resto de estudiantes la conocían lo suficiente como para no ofenderla.

—Buenos días —la oyó saludar.

Inclinó la cabeza.

—Buenos días, Esmeralda.

La vio tensar los músculos de los brazos al escucharlo mencionar su nombre.

No dijo nada al respecto, aunque se le escapó una sonrisa de suficiencia. No había que ser un experto para percibir lo que seguía provocando en ella después de tantos años.

—¿Dónde está Nott? —Un intento de cambiar el foco de atención.

Accedió a ello con una facilidad extraña en él. No le gustaba verla incómoda.

—Tiene asuntos propios que atender. —Asuntos de los que James no sabía nada, y era consciente de que era mejor no hacerlo—. Si quieres, puedo avisarlo de que deseas pasar tiempo con él.

—No —exclamó ella—. No, mejor no.

Le dio un sorbo a su café negro, disimulando la sonrisa. Que Lorcan asustase a todo el mundo no era ningún secreto. Si bien a James lo respetaban, su amigo se había ganado, sin siquiera intentarlo, el ser temido por todos.

Eso era, quizás, una de las razones por las que se estaban ganando miradas de pares de ojos de las cuatro casas. No era común ver a James con alguien que no fuera Lorcan, mucho menos charlando con Malfoy, quien también tenía un círculo cercano reducido.

—¿Te encuentras mejor? —cuestionó, porque era algo que realmente quería saber.

Esmeralda asintió.

—No necesité ir a tu dormitorio —dijo, sin ser verdaderamente consciente de lo que estaba diciendo.

—Una lástima —le aseguró él.

La rubia abrió los ojos, atragantándose con el pedazo de tostada que acaba de tomar. Bebió agua, sonrojada.

Era divertido ver a una de las chicas más frías y respetadas de la escuela comportarse como una adolescente tímida frente a él.

—He venido a hablar —dijo ella, mucho más tensa—. No quiero juegos.

Se abrió pasó en la mente de ella con soltura, creando un puente imaginario entre ellos que los permitiera hablar. Un hilo fino y brillante. Mucho más brillante que cualquier otro.

No es el mejor lugar para hablar, le comentó.

Esmeralda ya no parecía asombrada de escucharlo hablar en su cabeza.

No creo que nadie nos escuche aquí, contestó. Entre mentes, quería decir.

Eso no lo sabemos , dijo, a pesar de es que estaba seguro de que nadie podía, pues el mismo se ocupaba de bloquear cualquier legemerente que se atreviera.

¿Es más seguro cualquier otro lugar que este? En ese caso deberías preocuparte.

Bien. Dime, ¿has aceptado quién eres ya?

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏ ᴇʟ ᴘᴀꜱᴀᴅᴏ (Saga Tiempo #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora