- 𝟏𝟕. 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐫𝐚𝐯𝐞𝐧𝐜𝐥𝐚𝐰

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CAPÍTULO 17

PARTIDO CONTRA RAVENCLAW

Princesa,

he hablado con Harry Potter y me ha contado acerca de tus dudas sobre la profecía.

Siento no haberte podido aconsejar antes de que volvieras al colegio. Realmente no sabía qué decirte.
Llevo meses intentado averiguar qué hubiera hecho tu madre en estas circunstancias. Ella era la que me calmaba, la que calmaba toda la casa, de hecho. No sé lo que ella te hubiera dicho, pero sí sé lo que yo quiero decirte.

Cuando naciste, lo único en lo que pude pensar era en que estaría contigo en cada paso que dieras. Y yo siempre cumplo mis promesas.

No pienses en lo que dirán o en quien afecte tu decisión, quiero que la tomes porque sea la que sientes correcta. No te presionaré y me encargaré de todo aquel que quiera obligarte a algo que no sea lo que desees.

Mantén siempre la cabeza alta, princesa. Y cuida del loco de tu hermano, que no se meta en más líos.

Te ama,
D. M.







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Notó que James la miraba. Llevaba haciéndolo un rato, desde que habían entrado al vestuario.

—¿Qué?

El resto estaban ocupados dándose a sí mismos discursos motivacionales. Ya se habían cambiado de ropa por lo que Jared los había llamado a todos al vestuario de los chicos para tener una charla, aunque una vez dicha, la espera al partido estaba siendo eterna.

Habían salido en dirección a la entrada al campo, donde estaban esperando al lado del equipo de las águilas, las cuales salían primeras anunciadas. Ophelia le había guiñado el ojo antes de salir volando.

Y en todo aquel tiempo, James la había estado observando.

Al hablarle por primera vez en todo ese tiempo, él mismo pareció confuso. Frunció el ceño, al igual que si también acabara de advertir que la había estado mirando.

—Nada.

Lo vio con extrañeza.

—¿Te encuentras bien?

—Nada. —Parpadeó, dándose cuenta de su respuesta—. Es decir, sí.

Aquello era preocupante.

—Espabila —le soltó—, que tenemos que ganar.

Tenían que ganar. Sí o sí.

Era el último año para hacerlo.

Tenía que salir todo perfecto.

Jared les dirigió una mirada por encima del hombro a todos, dando a entender que se preparasen. Ante ello, Esmeralda notó su corazón acelerado y las uñas de sus manos clavarse contra sus palmas por un instante.

Se subió a la escoba con firmeza, notando que el sudor en sus manos le hacía tener que cambiar el lugar en el que agarraba su palo varias veces. Siempre le pasaba lo mismo. Hasta que no entrara al campo y se concentrara en hacer su trabajo, los nervios la dominaban unos minutos.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏ ᴇʟ ᴘᴀꜱᴀᴅᴏ (Saga Tiempo #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora