25. Verdad.

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_ ¿Haz tenido alguna duda o inquietud sobre tu padre?...

Sostuve mi vista a mis manos para pensar en la respuesta de mi nueva terapeuta alemana que se me hacía familiar pero nunca le he visto.

_ Tuve una verdadera experiencia por mi y los recuerdos de mi niñez... En partes. - Solté para levantar la mirada a mi psicóloga.-

_ ¿Que sentiste al ver a tu padre?.- levantó la vista de su cuaderno hacia mí con lentitud.-

_ Irá. - Dije simple.- No se cómo se me olvidó una persona tan inhumano y cruel con una niña.

_ A veces las personas se dicen afectadas por su niñez, ¿Pero que tan cierto dirías tu que fue para tí?.- Dejo el cuaderno a su lado para amarrar sus cabellos lleno de canas.- Tu antiguo psicólogo me dió tu registro, estrés es una breve palabra. ¿Que tal si lo llamamos demencia?.

_ ¿Me ve con cara de demencia?. - le pregunté con seriedad y la mujer me hizo estar alerta y nerviosa a la vez.-

_ ¿Que tan seguro podemos estar?. - Dijo con su acento alemán.- Eres joven, y muy fuerte... ¿Solo fue abusó?.

_ Señora Koch... ¿Coloca en duda mi expediente?.

Se levantó con firmeza haciendo que me sorprenda. Sus pasos firmes me hicieron bajar la mirada hasta que con fuerza su mano viajo a mi mandíbula para observarla.

_ ¿Que tan maravillado podríamos estar por un espécimen de tan magnitud?.

No me puedo mover ni un milímetro por la espesura de sus ojos que me hacían sentir miedo.

_ Sostén esa mirada... Mein treuer Soldat.

La veía tan lejano que me era imposible responder a ella... ¿Por qué tenía tanto miedo de esta mujer?.

Unos toques en la puerta me fueron como una campana de salvación.

Llevé mí mano a su brazo para quitarlo con fuerza para levantarme y correr de ahí.

Bajé las escaleras sin cuidado a qué me cayera o me matará por esas escaleras.

Las escaleras fueron tan interminable que era tortura en esperar salir de ese edificio.

Abrí la puerta de la salida y sentí el fresco aire de la cuidad para correr a la camioneta de Steve que rebusque en mi bolsillo o en la cartera en busca de la llave.

Las saque de mi cartera para abrir con rapidez a entrar y encender para arrancar sin riesgo a los autos que casi me chocan.

Crucé en una esquina con rapidez en la señal de paré que se me hizo lejana.

Escuché una sirena de policía y frene sin cuidado al lado de una señal.

Mi corazón se escuchaba en mis oídos y mis manos no me paraba de temblar.

¿Que me pasa?... ¿Quien era esa mujer?,¿Por qué me hacía sentir miedo?...

_ Señorita... ¡Señorita!.

Mire con la mirada llena de lágrimas al oficial calvo que me hablaba.

_ ¿Por qué fue a más de 130 Km?. - Me pregunto y noto qué estaba temblando.- ¿Está tomando alguna sustancia?.

_ No... No he tomado nada. - Dije en voz baja.-

_ ¿Se siente bien?.- Me hizo una seña para que me baje y eso hice.-

Me baje con lentitud y el reviso con la vista.

_ Está bien... ¿Va muy lejos?.- Negué con la cabeza y el me ayudó a montarme al auto.- No le daré una multa... Vaya con cuidado y manejo con calma.

Sin Máscaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora