Capitulo XVII: La vida robada

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Alfonso corrió hacia Ariadne y la tomó en sus brazos, su rostro reflejando un miedo palpable. Los invitados se levantaron de sus asientos, el salón llenándose de murmullos y exclamaciones de preocupación.

*Murmullo*

-¿Se desmayo?

*Murmullo*

-¿Que paso?
*Murmullo*

-No se, dejo caer una copa y perdió el conocimiento

*murmullo*

Inmediatamente el área donde se encontraba la familia real fue rodeada por caballeros para protegerlos, y la orquesta dejó de tocar abruptamente, sumiendo el lugar en un silencio tenso.

-¡Llamen a un médico! -gritó Alfonso desesperadamente, su voz estaba llena de autoridad y preocupación.

El pacífico baile pronto se convirtió en un caos lleno de dudas.

-No, porfavor porfavor Ari, quedate con migo, no te vayas, quédate conmigo porfavor. -lamentaba Alfonso abrazando a Ariadne asercandola a su pecho.

La mente de Alfonso estaba nublada, y solo podía concentrarse en el hecho de que estaba cargando a su esposa inconsciente y aparentemente envenenada.

Cesare, que seguía sentado, observaba la escena fingiendo consternación, mientras en su interior sentía una mezcla de satisfacción y dolor por ver a la mujer que quería en esa condición, pero se repetía internamente "ella está bien, todo esto es para que podamos ser felices en un futuro".

***

El medico real se apresuró hacia Ariadne, y reviso sus signos vitales con rapidez.

-Esta bajo los efectos de una hierba que ingirió no hace mucho.-dijo con voz grave-. Necesito contrarrestar la hierva.

Al escuchar estás palabras del médico, el miedo de Alfonso se confirmó, Ariadne había Sido envenenada frente a su ojos y no pudo evitarlo. La vida de su amada corría peligro.

-¡¡Cierren todas las puertas, que nadie salga del salón, y busquen a la criada que trajo la copa!!.-ordeno Alfonso haciendo resonar su voz en el salón.

Ariadne tenía un apesco pálido, su frente se veía brillosa debido al sudor que empezaba a brotar de su cuerpo, y su temperatura corporal estaba más elevada de lo normal.

Alfonso, con los ojos llenos de lágrimas, levantó a Ariadne rápidamente y con cuidado.

-¡Llévenla a su habitación! -ordenó, y varios guardias se apresuraron a abrir camino.

Mientras Alfonso se dirigía a toda prisa hacia las escaleras con Ariadne en brazos, el médico le seguía, indicando a los sirvientes que trajeran ciertos remedios y paños húmedos.

Cesare se levantó y se dirigió discretamente hacia la salida, su mente ya trabajando en el próximo movimiento para asegurarse de que su plan no fallara.

Sin embargo, justo antes de que pudiera abandonar el salón, la mirada del rey se cruzó con la suya. En los ojos del monarca, Cesare vio una chispa de sospecha.
-¡Cesare! -llamó el rey con voz autoritaria-. Ven aquí.

Cesare se detuvo, sus pensamientos acelerándose. Con una expresión de calma calculada, se giró y se acercó al rey. -Sí, su majestad -respondió con una leve inclinación de cabeza.

-¿A dónde vas? -inquirio el rey, con la mirada fija en Cesare.

Cesare fingió sorpresa y preocupación. -Me retiro a mis aposentos padre, me dejó muy sorprendido el hecho reciente, necesito descansar.

El rey asintió, pero sus ojos no dejaban de escudriñar a Cesare. -Esta bien, ve a descansar, pero asegúrate de tener cuidado, no sabemos si el intento de asecinato fue dirigido únicamente hacia la condesa.

Cesare asintió, internamente estaba feliz con el resultado, todo estaba saliendo según lo planeado, pero la partida aún no había terminado, todavía tenía que encargarse de un asunto pendiente.

Mientras tanto, en la habitación de los príncipes, el médico ayudado por unas criadas, trabajaban febrilmente para salvarla. La tensión en el aire era palpable, y aunque Alfonso se esforzaba por mantener la calma, el temor por la vida de su amada y la de su futuro hijo lo consumía.

-Resiste, Ariadne -susurró Alfonso, aferrándose a la mano de su esposa-. No te dejaré ir.

El medico le administraba medicamentos a Ariadne para evitar una emoragia, Ariadne apenas era capaz de mantenerse conciente, sentía una punzada en el vientre.

| Pov: Ariadne |

"¿Hasta aquí llegué? ¿Todo el esfuerzo de estos cinco años se acabará aquí? Nunca pude completar mi venganza, y ahora que parecía que la suerte me estaba sonriendo, y mi vida tomaría un mejor rumbo lleno de felicidad, pasa esto. No solo mi vida llega a su fin, sino también la de mi hijo. Yo al menos tuve la dicha de vivir y experimentar la felicidad, aunque fuera un poco. Pero él nunca tendrá la oportunidad de abrir sus ojos y ver a sus padres mirarlo con tanto amor, dar sus primeros pasos y luego correr por los pasillos del palacio, sentirse amado y deseado. Todo eso le será arrebatado hoy, solo porque su madre decidió tomar una 'inocente' copa de agua."

Gracias por leer hasta el final 💫

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