Supe de inmediato que me habían roto el corazón

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No estaba acostumbrada a cosas así. Por eso cuando dijo que ese era el final de nuestra historia no pude contener las lágrimas, e inevitablemente un agudo, continuo y doloroso pinchazo en el pecho.

Cosas de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora