Me hizo sonreír.

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Era una mañana fría del mes de enero.

Ella miraba desde su ventana el jardín completamente nevado,y las aguas de sus fuentes conjeladas.

Pero allí , en una pequeña parte de la hierba , lucía un rayo de sol , y en el centro , había una hermosa flor , llena de vida.

Cuando la vio , no pudo evitar bajar. Pero cuando salió a fuera , no había nada. Estaba allí , sola , con la nieve abrigándole los pies. Solo la vestía un fino camisón. Pero ella no tenía frío.

Desilusionada , se dio la vuelta para meterse en casa , y volvió a donde estaba , apollando su cabeza en el cristal.

Pero cuál fue su sorpresa al ver que la flor estaba allí. Que había vuelto a aparecer.

Esta vez abrió la ventana para asegurarse de que estaba plantada en su jardín.

Al tirar de la manilla , una fuerte brisa entró en la habitación. Pero no era desagradable. Le acariciaba la cara con una fuerza que al mismo tiempo inyectaba energía. Pero era suave. No le hacía daño. Le gustaba esa sensación.

Entonces calló. Se desplomó. Perdió la consciencia.

Cuando despertó no estaba en su casa. Estaba en un sitio dónde no había luz. O quizás había demasiada.

Solo distinguió a lo lejos una flor. Una flor que era bañada por un rayo de sol. Y ambos le sonreían. Ella lo sabía porque era la primera vez desde hacía mucho tiempo que se sentía feliz.

Intentó acercarse , pero al dar el primer paso todo desapareció otra vez.

Cuando abrió los ojos al parpadear , estaba en su jardín. Pero la nieve ya no le hería los pies descalzos , y el viento ya no la acariciaba con empeño. El agua de las fuentes no era una pista de patinaje para los pájaros.

Ahora todo era verde , y se respiraba una brisa con olor a primavera. Y el agua , brotaba como si fuera una flor en un hermoso jardín inundado por la luz del sol.

Fue entonces cuando miró donde estaba la flor cuando la viera por su ventana. No había flor. Al menos no una. En aquel lugar , había crecido un hermoso arbusto con miles de flores , sobre todo como la que ella había visto esa misma mañana.

Sonrió. Sonrió por primera vez en muchos años. Y una lágrima de alegría le resvaló por la mejilla. Esa gota de agua calló en el suelo y de ella creció un fuerte y hermoso sauce.

Y así , una fría y triste mañana de enero , la mágia llegó al jardín y al corazón de Abril.

Cosas de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora