Se miraban de vez en cuando con una sonrisa en la cara, como jugando. Solo había una persona sentada entre ellos dos. Llegara el momento, se tenía que ir, entonces ella se levantó para despedirlo, y al ver que le iba a dar un abrazo también ella lo hizo, con la intención de darle dos besos, pero en ese momento él le rodeó el cuello con un brazo,y la besó, acercándola todo lo que podía . Ella estaba sorprendida, pero le gustó, y cerró los ojos. Cuando se separaron lo miró, y lo abrazó muy fuerte, para después depositar en su mejilla un beso compuesto de la felicidad que sentía en ese instante. Todo parecía un sueño, hecho realidad.